miércoles, 18 de mayo de 2011

LA PEQUEÑA PETRA Y EL CASTILLO DE SHOBAK


21/04/11

El despertador suena temprano porque queremos comenzar el día con un baño en la piscina del hotel. Buenas vista de Aqaba desde la azotea del hotel. Después de desayunar, unos cuantos nos dirigimos al mercado de Aqaba para mezclarnos con la gente que realiza sus compras diarias. En la panadería vemos al panadero que maneja con destreza la masa de pan como si fuera una pizza. Se deja fotografiar con amabilidad, sintiéndose protagonista del momento. En la misma panadería compramos unos dulces rellenos de dátiles y recubiertos de sésamo. ¡Riquísimos!
Nos toca hacer la maleta otra vez y viajar de nuevo. El autobús nos llevará hasta Petra en dos horas y media de trayecto. Paramos en un par de miradores para admirar desde la distancia las montañas que rodean la ciudad de Petra, hasta que llegamos a la localidad de Wadi Musa, y nos instalamos en un hotel a cinco minutos andando de la entrada principal a Petra. Es ésta una ciudad en cuesta que surgió tras la iniciativa del gobierno jordano por contar en exclusiva con Petra para su promoción turística. Los habitantes de Petra fueron trasladados a Wadi Musa, a casas más confortables que en las que vivían, y con el derecho de beneficiarse del comercio turístico que se genere dentro de Petra. Por la tarde visitamos la denominada "Pequeña Petra". Ernes nos comenta que es interesante visitar esta zona que la mayoría del turismo deja de lado, porque sirve de introducción para lo que nos toca ver mañana. Debo reconocer, que a pesar de nuestra galbana propiciada por el calor de las primeras horas de la tarde junto con una digestión inacabada, la "Pequeña Petra" tiene sus pequeños tesoros y el encanto de una breve visita que sirve para abrir boca. En esta pequeña ciudad de los nabateos podemos ver las tumbas y templos excavados en la roca, e incluso, lo que nosotros denominamos en la actualidad como bares, con sus asientos de piedra en donde descansar aprovechando el frescor de la sombra que proporciona la cueva. Subimos como cabras por una estrecha escalera que también está excavada en la roca hasta un balcón en donde admiramos las vistas que nos proporcionan estas singulares montañas. Dan ganas de seguir bajando y subiendo montañas hasta enlazar andando con la otra Petra, la que veremos mañana. Para completar las visitas de esta tarde, Beatriz, una integrante del grupo, nos propone una visita al cercano castillo de Shobak. El emplazamiento de este castillo es admirable. En lo alto de un cerro resulta inexpugnable, controlando todo su entorno y vigilando desde esa atalaya natural los defensores de este castillo podrían resistir y anticiparse a todos los ataques posibles. Como llegamos a última hora nos vemos obligados a realizar la visita a marcha ligera. A ritmo militar impuesto por el legionario/guía Samir circulamos por los pasillos y estancias de este castillo porque sólo disponemos de quince minutos. Terminamos el día cenando en un curioso bar cerca de nuestro hotel llamado "La cave bar", diseñado como si fuera una réplica de las tumbas que se pueden visitar en Petra. Una pena que las cervezas sean tan caras porque es un bonito lugar para tomarse unas cañas después del trabajo tan duro que es ejercer de turista todo el santo día.

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