sábado, 29 de diciembre de 2012

MI LISTA DE LIBROS DEL 2012

Siguiendo con la tradición no escrita de hacer un balance literario de los libros que he leído a lo largo del 2012, os dejo a continuación los diez mejores libros que han pasado por mis manos en este año que ya nos deja:

1º) Humillación de Philip Roth












2º) Bonsái de Alejandro Zambra










3º) Seda de Alessandro Baricco












4º) Conversaciones con David Foster Wallace de Stephen J. Burn
5º) Gótico carpintero de William Gaddis
6º) Aire de Dylan de Enrique Vila-Matas
7º) Malí Blues de Lieve Joris
8º) Diario de invierno de Paul Auster
9º) Interpretación de un asesinato de Jed Rubenfeld
10º) El mapa y el territorio de Michel Houellebecq

No se trata de una lista referida sólo a las novedades del 2012; más bien se trata de una lista confeccionada tras la lectura anárquica de libros que me han interesado, bien porque me los han aconsejado amigos, bien porque me he dejado guiar por las reseñas aparecidas en determinados blogs que sigo con asiduidad. Al fin y al cabo, se trata de una lista basada en mis propios gustos que dejo escrita en esta entrada por si estáis interesados en haceros con buena literatura.

¡Feliz 2013!

viernes, 28 de diciembre de 2012

TODO ES SILENCIO



Acabo de terminar de leer este libro de Manuel Rivas sobre el tema de las mafias y el contrabando en Galicia. Los protagonistas son dos chicos y una chica que viven en un pueblo pesquero de Galicia, Noitía, y que se encuentran de nuevo ya de mayores, ejerciendo cada uno de oficios totalmente opuestos como son el de policía y el de contrabandista. Historia simple, texto sencillo de leer que nos va llevando a un desenlace totalmente previsible (será que ya hemos visto demasiadas películas sobre policías corruptos, etc). No faltan los tiros, los caciques, las historias de amor y la corrupción general como modo de vida. Hay que reconocer que lo mejor del libro con diferencia es el estilo personal de Manuel Rivas a la hora de escribir, buen conocedor de este oficio y veterano en estas lides, pero que de vez en cuando se le va la mano en el terreno poético cuando se trata de describir ciertos pasajes del libro. Este sentimiento poético, este juego de metáforas hace que algunas veces el texto se lastre de palabras que sólo sirven para adornar, y también para que el escritor muestre su ego más profundo. Y como yo tampoco quiero engordar esta entrada os dejo con la recomendación de esta lectura, desgraciadamente tan representativa de esta época tan corrupta.

CONVERSACIONES CON DAVID FOSTER WALLACE



Sigo con la lectura de la Broma Infinita de este mismo autor. Quiero darle el tiempo necesario para que no me agobie el peso de su lectura. Mientras tanto, acabo de leer "Conversaciones con David Foster Wallace", el libro publicado por la nueva editorial Pálido Fuego. Es un libro para mitómanos en donde se recogen diferentes entrevistas que concedió David Foster Wallace a lo largo de su vida. Ya nos avisan en el prólogo que el escritor nunca fue muy amigo de darse a conocer en público, no extraña por tanto que tenga tanto odio a someterse a las preguntas de los periodistas de turno. Y se nota bastante en ciertas entrevistas que el autor está a la defensiva, como si fuera una pérdida de tiempo todo este ritual que conlleva el juego de preguntas y respuestas. También hay entrevistas en las que se nota que el escritor disfruta, sobre todo cuando es evidente el nivel cultural del entrevistador y su conocimiento del libro y la literatura en general. Si tenemos en cuenta que la mayoría de entrevistas que un autor famoso concede a los medios son obligdas por la promoción comercial, no es extraño que el díscolo y desapegado Foster Wallace nos haya dejado pocas entrevistas que se puedan calificar de jugosas. No obstante, si tuviera que resaltar una característica común de todas las entrevistas aparecidas en este libro, destacaría la evidente fragilidad de la personalidad de David Foster Wallace. Parece que esa sensibilidad, tan acorde con todo lo que concierne con la creatividad, le jugaba malas pasadas en el terreno de las relaciones sociales. Es evidente que el mundo interior del escritor luchaba continuamente con la realidad exterior, y que le causaba muchas tensiones psíquicas. Para sobrevellevar esa lucha, el escritor tomaba un fármaco que le permitía vivir a pesar de la enfermedad depresiva que sufría. Fueron muchos años tomando este medicamento, hasta que al final intentó sobrevivir sin tomar el antidepresivo, pero con tan mal resultado que al poco tiempo se suicidó colgándose en su propia casa. Esa fue el final de su vida, pero no me quiero despedir en esta entrada sin hablar de un detalle importante que he sacado de este libro de entrevistas: David Foster Wallace se sentía a gusto cuando no era el eje de todas las miradas, cuando él podía ejercer desde una cómoda distancia de voyeur, de observador del mundo. Parecerá un detalle sin importancia, pero creo que es el mejor método para que un escritor construya esas historias que trasladará con su esfuerzo al papel, gracias a la observación de esos detalles que pasan inadvertidos para la mayoría de las personas.
He entresacado diversos párrafos en la lectura de este libro que escribo a continuación a modo de ejemplo, ya que a mí me han servido para hacerme una idea de lo que pensaba David Foster Wallace del oficio de escritor:

"En tanto que el arte serio tiende a hacer que te sientas incómodo, o te empuja a esforzarte para acceder a su disfrute, del mismo modo que en la vida real elplacer es consecuencia del esfuerzo y de la incomodidad. Por tanto es difícil que el público, especialmente el joven que ha sido educado para esperar que el arte sea 100 por cien placentero y para recibir ese placer sin esfuerzo, lea y aprecie la narrativa seria. El problema no es que el lector de hoy sea tonto, no lo creo. Simplemente se trata de que la televisión y la cultura comercial le han enseñado a ser una especie de vago e infantil en lo que respecta a sus expectativas. Esto hace que intentar llamar la atención de los lectores de hoy implique una dificultad imaginativa e intelectual sin precedentes".
"la ficción trata de en qué consiste ser un jodido ser humano".
"La diferencia entre el buen arte y el arte mediocre....Tiene algo que ver con el amor. Con la disciplina de sacar la parte de ti capaz de amar en lugar de esa parte que sólo quiere ser amada...Al parecer una de las cosas que los escritores de ficción verdaderamente geniales hacen es darle al lector algo. El lector se marcha del arte auténtico mucho más pesado de lo que entró. Más lleno. Toda la atención y el compromiso y el trabajo que se le requieren al lector no pueden ser para tu propio beneficio; tiene que ser para el suyo".
"El proyecto que merece la pena intentar es hacer cosas que tengan algo de la riqueza y el desafío y la dificultad emocional e intelectual de la vanguardia literario, algo que haga que el lector afronte cosas en lugar de ignorarlas, pero hacerlo de tal modo que también sea agradable de leer. Que el lector sienta que alguien le está hablando en lugar de ofrecerle unas cuantas poses".
"Me contrataron para dar clases de escritura creativa...Así que se convierte más en una cuestión de gestionar las impresiones subjetivas de varias personas acerca de cómo decir la verdad versus destruir el ego de alguien".


miércoles, 5 de diciembre de 2012

CATARATAS EPUPA



Hoy nuestro destino final nos lleva hasta las cataratas Epupa situadas justo en la frontera entre los países de Namibia y Angola. El río Kunene ha formado estas cataratas, creando un oasis con sus palmeritas incluidas en medio de un inmenso pedregal. Para llegar hasta este apartado lugar hay que recorrer muchos kilómetros de pista en mal estado que pone a prueba la mecánica de nuestro camión. ¿Merece la pena desviarse hasta este punto? Dejo la pregunta en el aire por si alguien que haya estado en este lugar quiere opinar al respecto.
Antes de llegar hasta Epupa hacemos una pequeña parada en el pueblo de Opubo para avituallarnos con lo necesario. Resulta curioso observar como conviven las etnias Herero y Himba en esta región de Namibia, sobre todo si coincides con ellos en un moderno supermercado. Si la escena se hubiera desarrollado en un típico mercado africano no resultaría tan llamativa, pero que coincidas con ellos moviéndote entre las ordenadas estanterías repletas de productos de primeras marcas, pasa a convertirse en una de las más llamativas anécdotas de este viaje por Namibia. Os describo la vestimenta de las mujeres Herero: colorido vestido victoriano hasta los pies y un sombrero en la cabeza que parece una cabeza de vaca. Y la vestimenta de las Himba: taparrabos, tetas al aire, piel y cabellera embadurnada de arcilla roja. No hace falta hacer una descripción más amplia para notar las grandes diferencias entre las dos etnias.
El emplazamiento elegido en Epupa para instalar las tiendas de campaña no puede ser más idóneo: altas palmeras que dan buena sombra junto a un brazo del río Kunene. En este camping pasaremos dos días (¡bien, que no hay que desmontar las tiendas ni el campamento al día siguiente!) y contaremos con el lujo de disponer de wifi en el bar del camping. Cuando se hace de noche, toca "whatsappear" con los familiares, comunicarse con ellos en donde menos esperábamos hacerlo.
Al día siguiente está programada una visita a un poblado de la etnia Himba. Nos desplazamos hasta allí en nuestro camión en menos de una hora. Resulta ser una visita concertada, y hay que aguardar el turno correspondiente como en la pescadería, para poder ser "atendidos" por los Himba. Como les hemos llevado comida, a cambio podemos hacer libremente fotos a todos los miembros del clan familiar. Los niños y las mujeres se prestan alegremente a la sesión fotográfica, bien posando en grupo, o bien a título individual no sin cierta coquetería. En cambio, los pocos hombres que hay en esos momentos se muestran un tanto distantes, como si ellos estuvieran por encima de estas situaciones. Terminamos la visita dentro de una de sus chozas, en donde nos recibe una joven mujer que por medio de un intérprete nos informa de sus costumbres y ritos. Se conoce que no es vergonzosa la himba, porque al final de la entrevista no duda en mostrar su interés por un miembro de nuestro grupo. Esta escena provoca la hilaridad de todos porque la himba parece que no tiene buen ojo al haberse interesado sexualmente por un gay.
A la tarde volvemos al camping para visitar con más detenimiento las cataratas Epupa. Un sendero nos lleva hasta un mirador natural en donde contemplar esta modesta cascada rodeada de baobabs que se asoman al vacío. Si se decide proseguir la marcha por el mismo sendero, éste te conduce hasta una pequeña y coqueta playa de arena en medio de la nada, en donde contemplamos las huellas de los animales salvajes que han saciado su sed no hace tanto tiempo. Se hace la noche, y el miedo provoca que me los imagine agazapados en la espesura, atentos a los movimientos de nuestro pequeño grupo. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

LA COSTA DE LOS ESQUELETOS



La costa de los esqueletos es un territorio desolador al oeste de Namibia en el que parece imposible que haya surgido la vida. Es una inhóspita frontera natural en donde destaca una constante niebla que se agarra a la costa y que ha provocado que muchos barcos a lo largo de su trágica historia hayan naufragado. Sus restos varados a orillas del mar se asemejan a enormes esqueletos de ballenas que el paso del tiempo se ha ocupado de desmenuzar limpiamente. No me extraña que los restos de estos barcos abiertos en canal sean un símbolo de la fuerza de la naturaleza. Viendo el paisaje desolador que se extiende hasta el infinito, nos resulta fácil imaginarnos la situación deseperada de aquellos naúfragos, que aún siendo afortunados por haber sobrevivido en un primer momento, se enfrentaban ante un panorama aterrador en donde las posibilidades de supervivencia eran mínimas. Cumplimiento con nuestro "oficio" de turistas nos hacemos las fotos de rigor al lado de estos restos tan extrañamente envueltos en el silencio. Una de las visitas obligadas en la costa de los esqueletos es Cape Cross, en donde vive una de las colonias más importantes de leones marinos de todo el mundo. Nada más llegar a la zona, un rugido constante anticipa su presencia que viene acompañada por un fuerte olor a detritus que pone a a prueba nuestra sensibilidad olfativa. No obstante merece la pena observar los torpes movimientos de los miles de ejemplares de leones marinos que yacen hacinados en cada recoveco de la costa rocosa en contraste con lo ágiles movimientos que son capaces de realizar en el agua cuando se lanzan en busca de comida. Seguimos nuestro itinerario carretera arriba, comiéndonos kilómetros y kilómetros por una ancha pista de tierra; vamos dejando un rastro de polvo que nubla el paisaje a nuestras espaldas. Este paisaje tan primitivo alberga una de las especies más extrañas que crecen en el planeta: la welwitschi mirabilis. Sólo esta especie tan rudimentaria de la familia de las coníferas se podría haber adaptado a este inhóspito clima. El resto del tiempo lo pasamos adormilados en nuestros asientos y cuando dirigimos la mirada por la ventanilla del camión vemos un paisaje uniforme que se extiende y se extiende hasta el infinito. Llegamos casi de noche al camping de Palmwag. Instalamos las tiendas de campaña; Manuel nos organiza otra salida de bicho-hunting con muchas expectativas pero ningún resultado; y justo cuando decidimos irnos a dormir nos avisa Laura que se ha cruzado con un par de elefantes por medio del camping. La buena noticia se extiende pronto por el grupo. Salimos en busca de los animales iluminando el camino con los frontales. Junto al río y protegidos por un cañaveral se alimentan los dos elefantes, nuestros primeros grandes animales avistados en este viaje. Los observamos con la boca abierta y a corta distancia gracias a la luz tenue del propio camping. Es un momento mágico para nosotros. Permanecemos mudos, sin ganas de irnos a dormir, pero después de un buen rato consideramos que ya es hora de dejar en paz a los elefantes, de no molestarlos más con nuestra incómoda presencia.

jueves, 15 de noviembre de 2012

GÓTICO CARPINTERO



William Gaddis ha escrito un libro que parece una obra de teatro. Nada más abrir el libro me siento como si estuviese en un patio de butacas oyendo recitar a los actores las líneas de diálogo dispuestas para la ocasión. Sí, porque "Gótico Carpintero" es una obra escrita a base de diálogos en donde las personas no se escuchan, sino que las páginas se rellenan mediante voces entremezcladas y expresadas en bastantes ocasiones a base de gritos y reproches. Si juntamos todos estos ingredientes obtenemos una atmósfera de inquietud que endurece toda la escena, capa página de este libro. Todo este ambiente queda encuadrado en un único escenario: la casa alquilada por la pareja protagonista, una casa de estilo "gótico carpintero" que ayuda a realzar ese ambiente decadente que viste tan bien a la obra (la portada elegida por la editorial Sexto Piso resulta ser una vivienda que parece la casa de los Monster). 












Lo único que interrumpe ese coro de voces crispadas es el continuo repiqueteo del teléfono, que suena a todas horas, y que es el único nexo de unión con ese mundo exterior lleno de confabulaciones e intereses personales. En cuanto al estilo de Gaddis, repetir lo que muchos anteriormente ya han dicho, que es un estilo muy personal que intenta adaptarse al ritmo del lenguaje oral, y que por tanto resulta de difícil lectura. Para conseguir ese efecto el escritor se pasa por el "arco de triunfo" el buen uso de la puntuación, porque para Gaddis todo está supeditado a esos diálogos desbordantes en donde la naturaleza humana se revela con todas sus imperfecciones. Y ese poso de amargura cala hasta los mismos huesos del lector, que una vez finalizado la lectura del libro se queda con la impresión de haber leído una gran obra, un libro que resalta el lado más oscuro de nuestras vidas y de una sociedad corrupta. Un tema muy candente en este época que todo el mundo no duda en denominar como de crisis


sábado, 10 de noviembre de 2012

GÓTICO CARPINTERO

La estupidez es el cultivo deliberado de la ignorancia. Estos idiotas petulantes con sus sonrisas de santurrones no pueden soportar la idea de que descienden de esa pandilla del lago Rudolf que iba por todas partes dando golpes con sus martillos de piedra tratando de aprender algo no, ellos creen que Dios los puso aquí con sus trajes baratos y sus espantosas corbatas a su imagen y semejanza.   ¿Sabías eso? Casi la mitas de la gente de este maldito país cree que el hombre fue creado hace ocho o diez mil años casi igual que como es hoy en día. ¡Creen eso!

William Gaddis en Gótico Carpintero.

viernes, 9 de noviembre de 2012

SPITZKOPPE



No sé si es un sueño, pero en Namibia hay veces que piensas que no viajas por África. Por ejemplo, estás en el centro de la ciudad de Swakopmund, en la intersección de varias calles mientras esperas que se ponga el semáforo en rojo y el paisaje que divisas no puede ser más semejante a la de cualquier ciudad europea. Los edificios son de influencia alemana, los coches que circulan son modernos, las calles están limpias y no se ven muchos negros andando por las aceras. Pero sí, estamos en África, descansando en Swakopmund en un hotel que es también una residencia de ancianos (blancos, por supuesto), después de pasar varios días durmiendo en tienda de campaña. En Swakopmund se puede beber cerveza, visitar algún museo, darse un paseo a orillas del mar y cenar un buen pescado fresco. Pasar dos días en esta ciudad resultaría aburridísmo, no me extraña que los de Kananga se lo planteen como una jornada de transición. Dejemos Swakopmund y hablemos de Spitzkoppe. De dormir cómodamente en nuestra amplísima habitación del hotel, a pasar la noche en un campamento libre, en medio de un paisaje en donde la roca granítica sobresale en múltiples formas ofreciéndonos un paisaje de ensueño. Cerca de nuestras tiendas se encuentra una cueva lo suficientemente grande para que nos sirva de comedor para la cena. Laura, nuestra guía, se ha guardado este secreto y sólo a la hora de la cena nos desvela la sorpresa iluminando el camino hasta el fondo de la cueva mediante velas encendidas. Gracias a esta experiencia vivimos uno de esos momentos que recordaremos durante mucho tiempo. Mis recuerdos después de tanto tiempo van dando saltos en el tiempo, no es extraño por tanto que narre anécdotas que han sucedido después de otras, pero espero que no altere mucho los acontecimientos si me permito esta licencia. Ese mismo día, aprovechando los últimos rayos de sol, nos hemos dado un paseo por el paraíso de los bosquimanos en Spitzkope. Conducidos por un guía del parque hemos escalado una pequeña y empinada montaña agarrándonos a una pasarela montada para la ocasión. Una vez que ascendemos el guía nos muestra unas figuras pintadas en la roca de cazadores y animales salvajes que se encuentran en un estado de conservación bastante precario. La visita termina en un escenario natural con una acústica especial semejante a un teatro. Justo enfrente nuestro, el sol se va poniendo poco a poco, alargando nuestras sombras por este paisaje primigenio de roca granítica. Y qué decir de la cena en la cueva iluminada a la luz de las velas. Parecía un escenario sacado de una película de trogloditas. Sólo nos faltó que después de nuestras ya habituales "cacerías nocturas" o "bicho hunting" nos pusiéramos a pintar las paredes de la cueva con los animales avistados en la jornada.

martes, 30 de octubre de 2012

SEDA



Después de leer Bonsái de Alejandro Zambra, y mientras leo La broma infinita de David Foster Wallace (¡vaya curro!, me he puesto el buzo de trabajo para leer esta densa obra), he terminado Seda, el libro con el que Alessandro Baricco obtuvo el éxito en su carrera literaria. Bonsái y Seda tienen en común la concisión y la poética. Son dos libros breves y dos estilos en donde se destila una esencia que se aleja de la palabrería vana y sin sentido. ¿La forma por encima del contenido? ¿Es pura estética su discurso? No lo creo. En Seda nos cuentan una historia completa: la vida de Hervé Joncour que viaja hasta cuatro veces a Japón sin ser un aventurero, la relación apacible de esa persona con Hélène su mujer, la amistad con su socio y gran amigo Baldaboiu, el amor prohibido por una concubina en Japón, la vida contemplativa de Hervé Joncour hasta su muerte. Todas estas historias se cuentan en este libro, pero sin necesidad de desarrollarlas, porque al autor le interesa más insinuarlas y dejar que sea el propio lector el que las complete según su parecer. Esa es la razón por la que tanto me ha gustado este exitoso libro de Baricco. Sin que sirva de precedente, habrá que decir que si ha gustado tanto este libro y tantas ediciones se han sacado de esta obra, será por algo. Léanlo.

martes, 16 de octubre de 2012

DESIERTO DEL NAMIB



Nuestro destino vacacional este mes de agosto ha vuelto a ser África, en concreto hemos viajado por buena parte de Namibia, y en menor medida, por otros dos países del sur de África como son Botswana y Zimbabwe. Un viaje que nos ha impresionado por su variedad paisajística y por la calidad del grupo humano que formamos todos los que nos montamos un día a mediados de agosto en el camión de Kananga (agencia especializada en viajes por África). Volamos hasta Windhoek, vía Londres-Johanesburgo, cruzando casi todo el continente africano de norte a sur. A poco de transitar por sus calles, la capital de Namibia nos sorprende por su modernidad, por su incuestionable influencia alemana y holandesa. Se nota que hasta el año 1990 Namibia no consiguió su independencia. Si tenemos en cuenta que lo más importante que hay que reseñar de Windhoek son las vistas de la ciudad desde la terraza de un hotel de lujo, pues todo queda dicho. En defensa de Windhoek hay que decir que la mayoría de ciudades africanas carecen de interés en comparación con el paisaje y su fauna, o los poblados con sus mercados bulliciosos. Pasemos página y montemos en el camión que nos va a llevar hasta un destino que sí parece mucho más interesante. Llueve en Namibia. Laura, nuestra guía, no se lo puede creer, pero parece que estamos sufriendo los últimos coletazos de un frente frío que ha dejado hace un semana una pequeña nevada en Sudáfrica. Creo que ya todos sabéis que esta parte de África se encuentra en el hemisferio sur, con lo que aquí es invierno. Ya nos han avisado amigos que han viajado por Namibia en otras ocasiones que en el mes de julio hace bastante frío en este país, pero es que estamos a mediados de agosto y ¡joder con el tiempo que estamos soportando! El camión se va comiendo poco a poco los kilómetros por rectas carreteras que parecen no tener fin. Es una manera poética de hablar, porque nuestra meta del día está fijada en el desierto del Namib, en un camping cercano en donde montamos por primera vez nuestras tiendas de campaña y en donde también esperamos con ansiedad subirnos en la avioneta que nos permitirá sobrevolar este inmenso desierto de dunas rojas. Y que os puedo contar de esta experiencia que otros no hayan narrado anteriormente. Pues que hay que vivirla en primera persona; que te sientes más pequeño si cabe al volar por encima de la inmensidad del desierto; que al atardecer el contraste del rojo intenso de las dunas con el cielo azulado te deja boquiabierto y sin palabras. Una vez puestos los pies en el suelo, toca cenar y pasar la noche más fría de mi vida. A mitad de la noche tuve que salirme del saco para ponerme el forro polar, y ni con esas entraba en calor. Tiritaba y tiritaba, y no veía el momento en que se hiciera de día para desayunarme un café calentito con el que templar mi cuerpo. Toca madrugar para estar lo antes posible en la famosa duna 45 del desierto del Namib. Todavía adormecidos emprendemos a la carrera la empinada subida hasta la cima de la duna con el único objetivo de conseguir ser de los primeros en llegar para contemplar desde un lugar privilegiado la salida del sol. Como son casi ciento cincuenta metros de desnivel que se ascienden por una estrecha cresta que impide los adelantamientos, lo único que consigo es un meritorio décimo puesto, que eso sí, me otorga unas preciosas vistas de ese sol que poco a poco nos tiñe con su luz de tonos rojizos. No hay que ser un experto fotógrafo porque hasta con la cámara más sencilla se consigue sacar una fotos estupendas. Según van pasando los minutos la luz va cambiando a tonos cada vez más claros y el horizonte parece extenderse más allá de donde abarca nuestra vista. Desde nuestra atalaya contemplamos la base de la duna como si ejerciera una fuerza gravitatoria imposible de superar, por eso nos lanzamos gritando por la pendiente hundiendo los pies hasta más allá de los tobillos y rodamos algún tramo haciendo la popular "croqueta". Después de tantas emociones nos hemos ganado un buen desayuno a pie de duna. Tras reponer fuerzas, un breve desplazamiento en todo-terreno y luego a pié nos conduce hasta Deadvlei, en donde contemplamos otro paisaje muy característico del desierto del Namib. En medio de este valle salado se alzan los troncos quemados y retorcidos de varias acacias. El contraste de sus troncos carbonizados con el color naranja de las dunas y el blanco del suelo salado deja boquiabierto cualquiera. Para sacar fotos, de vez en cuando hay que espantar a alguna señora que se ha hecho fuerte a la sombra de una acacia, y que está cansada de esperar a que su marido deje de sacar fotos de cada metro cuadrado de Deadvlei. De valle a valle; de Deadvlei a Sossusvlei para contemplar un lago con el agua suficiente como para que un par de flamencos hundan su pico en busca de comida. De esta forma nos despedimos de los paisajes desérticos del Namib. Hemos tenido la posibilidad de contemplar sus dunas planeando con la avioneta mientras surcábamos un cielo azulado, o montados en nuestra casa-camión en alegre camaradería, o a "pata", sintiendo cómo se filtra la fina arena por nuestro calzado mientras caminamos por este inmenso paisaje; lo hemos vivido soportando el frío de la noche y el impenitente sol del mediodía; lo hemos disfrutado observando el amanecer desde lo alto de una gran duna o al calor de una hoguera en una noche de grata conversación en grupo. El sueño nos conduce a nuestras tiendas, y soñamos ya con los nuevos paisajes que nos faltan por descubrir en este viaje.

jueves, 27 de septiembre de 2012

EL LAMENTO DE PORTNOY



Un largo monólogo como desahogo por la rabia contenida durante 33 años de vida. En sus más de trescientas cincuenta páginas, salen por boca del protagonista sapos y culebras contra su propia familia, la educación recibida, la religión judía, la represión sexual, etc, etc, etc. El autor nos cuenta que Alexander Portnoy, nuestro protagonista, es ahora un hombre respetable, con un trabajo público muy respetable, pero no es oro todo lo que reluce, porque la "mierda" acumulada en el interior de su alma le sale a borbotones entre espasmos de dolor y angustia. Él se desahoga frente al psicólogo, y nos los imaginamos tumbado en el típico diván soltando su eterno soliloquio. Pero la voz del psicólogo no aparece hasta la última línea del libro, como si no existiera realmente para Philip Roth. El escritor ha sustituido esa figura por la del propio lector, que pasa a involucrarse totalmente en la historia ejerciendo de psicólogo. Pero también hay entre tanta miseria humana momentos para la risa. Me acuerdo de las descripciones que hace de su padre sentado en el "trono" intentando vencer a su crónico estreñimiento, o cuando su histérica madre se muestra preocupada por lo peligroso que puede resultar para su hijo que viaje en un coche descapotable o que se alimente con la denominada comida basura. Aún y todo, la parte que he leído de la novela que me ha parecido más graciosa es cuando el propio protagonista nos relata sus experiencias masturbatorias, un onanismo que resulta hilarante por lo desproporcionado que parece a primera vista, o no.

viernes, 14 de septiembre de 2012

BONSÁI DE ALEJANDRO ZAMBRA



Lo bueno, si es breve, dos veces bueno. Estamos hablando de un libro de menos de cien páginas, de la primera novela o narración breve que este chileno publicó en su día. Estamos hablando de una pequeña joya, de una obra maestra de la sintetización. Y en mi modesta opinión, el mérito principal es que no falta nada para que pueda considerar que esta obra está a la altura de lo que se denomina "gran literatura". Y por supuesto, no sobra nada de nada. El libro invita a la relectura de cada página, a tratar el texto narrativo como si fuera poesía. ¿Será que cuando se adelgaza una novela hasta tales extremos ésta se convierte en pura poesía? Hay que ser muy bueno en este oficio de juntar palabras para que el resultado final sea tan excelente como en Bonsái. También hay que ser un verdadero poeta para no caer en la cursilería, en la pedantería. No me extiendo más, porque si algo he aprendido de este libro de Alejandro Zambra, es la capacidad de condensación, que es lo que siempre he admirado en los libros que he leído.

jueves, 26 de julio de 2012

QUINTETO DE BUENOS AIRES



Montalbán se hacía mayor y la nostalgia por el paso del tiempo pesaba sobre los pensamientos del escritor. Era el momento de escribir un nuevo libro de Carvalho, una historia que mostrara las canas del ya veterano detective. Lo tenía claro el escritor, debía ser un libro en donde el protagonista fuera un descreído, un hombre que está de vuelta de todo y de todos. Y así nació "Quinteto de Buenos Aires", que es una obra melancólica escrita a ritmo de tango. El pasado se une con el presente y marca el futuro de la acción narrativa, que en el libro gira en torno a los desaparecidos. Y, gracias a la maestría de Montalbán, Carvalho se mete en la piel de los argentinos para bucear entre tanto desaparecido e intentar sacar a flote la verdadera historia de una niña robada por el torturador de turno. Hay asesinatos y crueles personajes curtidos en los sótanos de la dictadura argentina. También hay gente que lucha por recobrar la normalidad, por continuar viviendo a pesar de tanto pasado pisoteado de forma tan violenta. Al final, ganan los tipos buenos del libro a pesar de que el mal siempre encuentra una salida por donde huir y esperar taimadamente su momento. Estoy seguro que el difunto Montalbán después de escribir este libro se preparó un buen guiso a modo de celebración, como esos platos tan elaborados que el escritor nos describía en sus libros y que eran su marca de fábrica. Una cosa está clara, Montalbán tenía tan buena mano con la cocina como con la escritura, ya que nadie se quedaba con hambre después de leer un libro suyo. Eso sí, la nostalgia con la que el escritor se embarcó en este proyecto se transmite al lector entre tango y tango (el autor se ha atrevido incluso a escribir la letra de varios tangos). El tópico argentino de Maradona, tango y los desaparecidos se cumple también en este libro. Al parecer, resulta imposible no hablar de estos tres temas cuando nos referimos a Argentina, y aunque también se tratan otros tópicos, como el de Borges o los asados, en este libro no sobra casi nada. Otra cosa son los asados que se organizan en Argentina, que son valorados más por la carne que sobra que por la que se comen los invitados. Así son los Argentinos.

miércoles, 11 de julio de 2012

AIRE DE DYLAN




He vuelto a Vila-Matas con la lectura de Aire de Dylan. Bueno, nunca me he
alejado mucho de su benéfica influencia basada en un estilo que destila tanto amor por la literatura que llega incluso a mezclarse en sus ficciones, formando capas y capas superpuestas unas a otras de forma muy personal. Las referencias literarias se mezclan con la vida imaginaria de los protagonistas de sus libros, y aunque hay lectores que puedan despistarse en esa trama que oculta a veces el argumento de la obra, los que seguimos habitualmente a Vila Matas sabemos apreciar esa erudición que claramente no es un artificio decorativo. Y, sin más preámbulos, paso a comentar lo que me ha parecido este libro. Antes de empezar entresaco un comentario que me ha gustado del último artículo de Vila-Matas en El País: La literatura no es más que un pacto entre el lector y el escritor para crear un espacio de imaginación común. Ese pacto se cumple perfectamente en Aire de dylan. El espacio de imaginación creado no es un espacio vacío de contenido, ya que en su obra no se genera ningún devastador agujero negro, como en otras lecturas sin sentido que de vez en cuando se cruzan en el camino del aficionado a la literatura. Gracias a la lectura de Aire de Dylan he tenido la suerte de gravitar en ese espacio sin enterarme de lo que sucedía en el resto del mundo, aislado de la realidad, sumergido en la ficción que es al fin y al cabo otra realidad distinta a la ya habitual. Ya sé que sólo hablo de sensaciones, que todavía no he comentado ni de qué va este nuevo libro de Vila-Matas. Pero para eso están los demás blogueros especializados en reseñas literarias y los eruditos críticos literarios que escriben su opiniones en los suplementos de cultura. No sé si será que ya no valgo para destripar textos con la frialdad que se le supone a ese cometido; no sé si será que me he vuelto muy sensible, pero en esta entrada sólo he hablado de sensaciones comunes; o eso espero.

miércoles, 20 de junio de 2012

LA HUMILLACIÓN DE PHILIP ROTH





He leído con verdadero entusiasmo "La humillación" de Philip Roth. Anteriormente ya había leído otra obra suya titulada "Pastoral americana", pero hacía tanto tiempo que ya no me acordaba bien de los detalles de ese libro. Sólo recordaba generalidades, como que me había gustado el estilo del escritor americano y que ésta obra estaba considerada por los expertos como uno de los títulos básicos de la carrera literaria de Roth. La historia de "Humillación" es la historia de un veterano y famoso actor de teatro que un día sufre un bloqueo artístico y su carrera cae en picado. En medio de esa crisis profesional se nos relata también la relación amorosa del veterano actor con una mujer mucho más joven que él, lesbiana por más señas, que acaba trágicamente como uno se puede imaginar si tenemos en cuenta el título de este libro. En poco más de 150 páginas Philip Roth es capaz de contarnos una gran historia basada en las miserias humanas, esas que todos sufrimos en algún momento de nuestras vidas. Como todo el mundo sabe, los toros se ven mejor desde la barrera, por eso es más fácil ver antes los errores de los demás que los propios de cada persona. Sí, es fácil imaginar que la historia de nuestro protagonista no tendrá un final feliz, y como espectadores privilegiados que somos, Roth consigue que los lectores nos identifiquemos con la historia y apoyemos moralmente al veterano actor en sus desgracias. Y en este punto de la historia quisiera apuntar una analogía, no sé si atrevida, con el personaje de Don Quijote de Cervantes. Según se avanza en la lectura del libro se intuye la humillación que sufrirá el veterano actor. Es tan evidente que la relación amorosa que ha iniciado se sustenta tan solo en su imaginación, que no es extraño que los lectores nos sintamos como fieles Sancho Panzas en defensa de nuestro caballero andante. Pero así funciona este mundo, y el que no lo quiera ver es porque va tan ciego por la vida que no se da cuenta de que el infierno está a la vuelta de la esquina.

domingo, 3 de junio de 2012

EL BLOG DEL INQUISIDOR





Hasta hoy no había leído nada de Lorenzo Silva y tenía cierta curiosidad por hacerme con un libro suyo. Lo sigo en twitter y sé que es un escritor con cierto prestigio que no duda en ofrecer sus libros a precios más baratos como contrapartida a la piratería que está asentándose cada vez más en la red. Cada vez hay más gente que piensa que es necesario abaratar los precios de los libros digitales para cambiar los hábitos de aquellas personas que sólo piensan en piratear. La batalla no ha hecho más que empezar, pero es importante no quedarse dormido a las primeras de cambio, porque si no se toman pronto las medidas adecuadas sucederá lo que ha pasado con la industria musical o cinematográfica. Otra discusión sería analizar si esos derechos de autor deberían distribuirse en un porcentaje más equitativo, beneficiando más al propio autor que a la industria que tiene a bien publicar sus trabajos. 


 En cuanto al Blog del inquisidor hay que decir que es un libro entretenido, bien documentado, correctamente escrito, etc, etc. A muchos nos gustaría escribir con la soltura de Silva y con la manera que planifica la historia que desea contarnos. Otra cosa buena de este libro: una estructura perfectamente armada. Bien, pero sin menospreciar al autor, me ha parecido un libro de entretenimiento, que es al fin y al cabo, ya lo sé, lo que todo libro debe ofrecer como primera condición. Pero es que a mí, si no estoy con "las pilas descargadas", me suelen gustar más las historias con cierta profundidad y con personajes sin estereotipar. Sí, me gustan los libros que me emocionan, que me ofrecen algo especial y diferente. Puede estar tranquilo Lorenzo Silva, porque mi opinión es la de un tipo raro y especial, que como lector suelo decantarme por aquellos escritores que hablan abiertamente de sus miserias, de esas frustraciones que los vuelven locos, y que gracias a sus delirios son capaces de imaginarse mundos tan extraños para gran parte del mundo pero a su vez tan cercanos para ellos. Ellos no escriben para salvar a los demás, no, sólo escriben para salvarse a sí mismos. Y por eso me identifico con esos escritores, que agazapados en la selva, son al fin y al cabo una especie en extinción.

miércoles, 30 de mayo de 2012

MALÍ BLUES




La casualidad ha propiciado que leyera el libro MALI BLUES de Lieve Joris, una periodista belga muy curtida en viajes por el continente africano. Me explico: en una salida que hicimos a Barcelona para juntarnos de nuevo con algunos de nuestros antiguos compañeros de viaje por Birmania, Virtu nuestra anfitriona, tenía encima de su mesilla de noche este libro. Y como en su momento me llamó la atención, casualmente, mientras escuchaba la presentación del último trabajo de Doctor Deseo en la librería Elkar, me despité un rato y alejándome del resto del público, me acerqué hasta la sección de literatura de viajes, y ahí estaba ese libro. No obstante, la indecisión que me caracteriza, me provocaba pasar las páginas del libro sin todavía decidirme a comprarlo. Pero da la casualidad, vuelvo a decir, que en ese mismo momento, Francis el cantante del grupo, habló sobre una de sus canciones que hablaba sobre África, y más en concreto sobre su último viaje a Malí. Depués de tantas casualidades no me quedó más remedio que comprarlo, cosa de lo que no me arrepiento ahora que he terminado su lectura. Frases como éstas justifican plenamente su adquisición:

"A nosotros no nos importa que haga viento -contesta Kao-. Sobre todo, si sopla del oeste, porque no trae las imágenes de la televisión. Rompo a reír, convencida de que está bromeando, pero Kao Habla en serio. Cuando tiene el viento a favor es muy probable que la señal no se interrumpa en toda la noche".

"Los mauritanos piensan en términos de tonos de piel: cuanto más clara, mejor. Durante mi estancia en Mauritania me opuse en redondo a esta forma de pensar, pero nada más cruzar la frontera he caído en la cuenta de que yo también he comenzado a fijarme en el color de las personas".

La autora del libro viaja hasta Senegal, Mauritania y Malí para plasmar sobre el papel la historia de cuatro personas, entre ellas destaco como más representativas la del padre de un cineasta mauritano llamado Sissako, un hombre de ciencia que se aisla en su pueblo para dedicarse en cuerpo y alma a la agricultura, y la de Boubacar Traoré, un veterano músico de Malí que tuvo su etapa de éxito hace ya tiempo. Para ello no duda en convivir con ellos y sus respectivas familias el tiempo que haga falta para conocer a fondo a esas personas. No me digáis que no es el mejor método para profundizar en el conocimiento de una persona. La periodista come y duerme bajo su mismo techo, o pasa la noche junto a uno de sus protagonista, codo con codo bajo un manto de estrellas en el desierto, provocando que se produzca esa intimidad tan necesaria para que surja la conversación. El ritmo de vida africano que es tan propicio a las confidencias, hace el resto, y de paso se nos muestran detalles de la vida de estos países, sus tradiciones y costumbres, su manera de ver el mundo, siempre desde un punto de vista tan diferente al nuestro. No me extraña que haya tanta gente, grupo en el que me incluyo, que sueñe con un viaje hasta esos países de los que tanto tenemos que aprender.


"Mi familia y mis amigos me preguntan a veces si no me muero de soledad y de miedo cuando estoy de viaje. ¿Como voy a sentirme sola o atemorizada en un pais donde al cabo de tres días existo gracias a alguien que se ha tomado la molestia de retener mi nombre? Los africanos deben de pasarlo muy mal cuando llegan a nuestro continente, privados de su identidad y de cualquier muestra de reconocimiento. Quizá no sea de extrañar que busquen la compañía de los suyos para protegerse del anonimato al que se ven expuestos de golpe".

"El escritor Amadou Hampâté Bâ era un hombre arraigado en la tradición oral y muy compenetrado con la historia de su tierra. "En África, cuando un anciano exhala su ultimo suspiro arde en llamas una biblioteca", afirmó en una ocasión".


"Los hijos han de honrar su tierra natal y deben cuidar de sus padres hasta que estos mueran. En una familia desunida, la casa se queda sin reparar y termina por derruirse. Como dice un proverbio bambara: las disputas entre parientes pueden acabar hasta con las construcciones de cemento".

viernes, 18 de mayo de 2012

Caligrafía de los sueños





Pocas veces me ha decepcionado la literatura de Juan Marsé. Me cae bien hasta como persona, porque se le ve que es un hombre sencillo que vive al margen de los medios, que disfruta con su profesión de escritor y que no va de garante de la cultura. Me gustan los escritores que siguen el lema de "vive y deja vivir". Se nota que Marsé tuvo que sufrir cuarenta años de dictadura con Franco, no como otros, que enseguida se erigen en portadores de la verdad, incuestionable según su punto de vista. En Caligrafía de los sueños, Marsé nos relata su infancia vivida en Barcelona. Un despertar a la madurez que discurre entre "aventis" en compañía de su pandilla de amigos y sus primeras experiencias laborales como aprendiz de joyero que van a marcar el futuro de su vida por culpa de un accidente que le provoca la amputación de uno de sus dedos. Este niño queda marcado física y sicológicamente por culpa de esta amputación que pone fin a sus estudios musicales de piano. Entresaco estas anotaciones del libro que describen esta frustración: "¿Adónde van a parar los dedos muertos de los pianistas?, anota con letra diminuta en su cuaderno secreto de tapas negras." "¿Adónde van a para los dedos muertos de los pianistas?, se pregunta con amargura. Y acto seguido, en voz alta: - ¿Cómo es que me duele el dedo que no tengo, madre?"." Mi nombre es Domingo, muñeca, pero de pequeño me quitaron el do, la primera nota de la escala musical, y se quedó en Mingo, que no me gusta nada. Nombre mutilado como mi dedo. Me quitaron la nota musical, pero yo cambié una letra, una sola, y desde entonces hay que buscarme por las praderas de Arizona, lejos de este cochino barrio..."



Pero como no hay mal que por bien no venga, Marsé encaminó su vida hacia los terrenos de la literatura para gozo y disfrute de todos sus seguidores. Primero, compaginando la escritura con trabajos alimenticios, y luego, ya a partir de publicar "Últimas tardes con Teresa", más en serio porque él mismo empieza a reconocerse como escritor. Y gracias a esas casualidades que proporciona la vida (cómo me gusta ese mundo de las casualidades, en donde nada está escrito y un simple detalle o una pequeña elección hace que cambie por completo la vida de una persona), Marsé ha escrito páginas que respiran vida como este trozo que también entresaco de "Caligrafía de los sueños":
 "Diez años. Demasiados para mí. -Daba vueltas al caramelo dentro de la boca, ruidosamente y sin remilgos, junto con la saliva y algunas palabras que le amargaban. Sí, ahora ya es un viejo de verdad, por dentro y por fuera, pensó Ringo". O como ésta: "A él apenas le ha prestado atención, pegado como está al zócalo igual que una sombra, una más entre esa penumbra de la taberna, tan cotidiana y familiar que es casi un estado de ánimo".




He leído en varias entrevistas que le han hecho a Juan Marsé que no guarda buen recuerdo de las adaptaciones al cine que han realizado de sus libros. Me acuerdo de la adaptación que Víctor Erice tenía pensado realizar del libro "El embrujo de Shanghai" y que por culpa de las desavenencias que tuvo con el productor de la película se quedó el proyecto sólo en un guión que Erice publicó con el título de "La promesa de Shanghai". Conociendo la calidad de todos los proyectos de Erice, estoy seguro que esta película hubiera cumplido las expectativas de Marsé. Una pena, porque la trayectoria literaria de Marsé se merecía una adaptación como la que se entreveía en el guión de Erice. Para finalizar esta reseña literaria entresaco como ejemplo otro pasaje del libro "Caligrafía de los sueños" que tiene unas características tan visuales, que según iba leyendo el texto me lo estaba imaginando en la gran pantalla de un cine:
 "Hace un rato ha eructado sonoramente y se ha excusado diciendo que lleva una semana con un terrible dolor de muelas. Ha bromeado con su barrigón feliz y se ha servido una compita de licor de menta, paladeándolo y sonriendo al chico con sus ojitos de rata ocultos detrás de los altos pómulos sanguíneos. Cuando ve entrar a su hermana con la compra, deja el diario abierto sobre el mostrador y carga con el capacho hasta la cocina. Quejándose de los pies, ella pasa junto a Ringo sin mirarle y mientras se quita el abrigo anuncia que sube al cuarto a cambiarse de zapatos.

- Pon el pescado en la nevera y veta al dentista, yo me ocuparé de lo demás -añade alzando al voz para que su hermano la oiga-.
Mientras ella está arriba aparece el señor Agustín con gabardina y boina. ¡Me voy, Paqui!, grita desde la puerta de la calle y le hace a Ringo la seña habitual: vigila si entra alguien".



martes, 15 de mayo de 2012

NO HAY CRISIS QUE DURE CIEN AÑOS





No hay crisis que dure cien años. El año 2012 no ha empezado tan bien como quisiera, pero soplan vientos favorables y los nubarrones provocados por una grave enfermedad de un pariente se desvanecen con el paso del tiempo. Del ahogo provocado del no saber, de la espera por recibir noticias y partes médicos actualizados, toda la familia pasa a respirar a pleno pulmón, al desahogo de sentir que todo tiene solución a corto plazo. Y la vida sigue, con lo que las vacaciones de agosto cada vez están más cerca. Toca soñar con un exótico destino a pesar de que el fantasma de la crisis económica está rondando constantemente por encima de nuestras cabezas. Todos conocemos algún familiar o amigo que se ha quedado en el paro o con un ERE impuesto por su empresa. Todos los meses nos sorprenden con una marea de cifras y datos económicos que sólo sirven para infundir miedo. Contra más miedo, más sumiso es el personal. Y debo de reconocer que yo también tengo miedo de perder mi puesto de trabajo. Por eso da pavor embarcarse en un viaje costoso, por aquello del qué nos deparará el destino. Y nos estancamos. ¿¡Si pudiéramos desaparecer y aislarnos de alguna manera del continuo y machacante soniquete con que ensordecen nuestros oídos!? Pero no, es complicado cuando los responsables escurren el bulto y señalan al ciudadano de la calle como si fuera responsable de la crisis económica. En esta caza de brujas la mayoría de la gente se ha acostumbrado a mirar cabizbajo al suelo, y respira aliviado si la culpa recae sobre el vecino, sea inmigrante, funcionario o parado de larga duración. Para eso está el político fascista, para confundir al populacho. Y como es un político experto en el arte de medrar nos vende caramelos envenenados a cambio del poder de los votos.

Pero bueno, estaba hablando de vacaciones, de viajes a países exóticos. Tengo que reconocer que anteayer comencé a escribir este post con la incertidumbre de no saber adonde viajaría estas vacaciones de verano y hoy tengo una buena noticia que comunicaros. Junto a mi pareja, este verano nos embarcaremos en otro viaje a África. Esta vez viajaremos hasta Namibia y Botswana para terminar haciendo la ruta del Okavango. El punto final después de 21 días será en las Cataratas Victoria. Espero poder relataros el diario del viaje en este blog, aunque sea a destiempo, aunque sean anécdotas de lugares ya trillados por el turismo. El final del cuento no puede ser más feliz.

lunes, 30 de abril de 2012

El novelista ingenuo y el sentimental



La próxima vez que esté delante de una estantería de novedades tendré que recordar que a mí no me gustan los libros de ensayo. Ya sé que generalizo y que hay muy buenos libros dentro de esta categoría, pero es que a mí me van más los libros de ficción. Estos densos estudios sobre un tema en concreto que hacen mil y una referencias a otros libros, y otras mil y una referencias a otros escritores de renombre mundial, me desbordan y me descentran. Y este libro de Orhan Pamuk trata sobre lo que él llama "el centro" de la novela. ¿Y me preguntaréis, qué es el centro de la novela según este ensayo? Bueno, si lo he entendido bien, para Pamuk "el centro" de la novela es el tema del libro. Algunos os preguntaréis si para hablar sobre este tema era necesario dar seis conferencias y que luego sean tan interesantes como para que se recojan en un libro. Sí, yo también me lo he preguntado leyendo este libro. El concepto, es el concepto, señor Pamuk. Espero que el siguiente libro que me lea de Pamuk sea de ficción para que pueda sentir como fluye una historia y también poder descubrir todos los temas que esconde el libro, incluso los ocultos.

viernes, 27 de abril de 2012

CARRERA POPULAR ARMENTIA-ESTÍBALIZ


Adivina, adivinanza, ¿quién será el autor de este blog? Voy a dar una pequeña pista: visto una camiseta color green capital. En esta foto fui "pillado" por un fotógrafo del Correo de Alava mientras corría como un cobarde en la carrera popular de Armentia a Estíbaliz. A todos los que os gusta participar en carreras populares os recomiendo esta prueba de 15,5 kilómetros. Es un recorrido diferente al resto de carreras, que transcurre en gran parte por una vía verde, y que finaliza en una dura cuesta en el Santuario de Estíbaliz. Organizan la prueba los socios de la Sociedad Excursionista Manuel Iradier.

lunes, 23 de abril de 2012

Diario de invierno







Los fines de semana están pensados para terminar de leer los libros que llevan un tiempo esperando desesperadamente que los dejes reposar en las estanterías. Los pobres libros ya están hartos de tanto manoseo, de tanto viaje por el mundo, y pasan del bookcrossing que está tan de moda en estos tiempos en los que todos somos muy modernos. 


Después de esta introducción que no sé si viene a cuento toca hablar del último libro de Paul Auster. Empecemos con el primer pensamiento que me ha generado esta lectura. Primero: todos los libros que he leído de Auster me han gustado. Segundo: el tío me cae bien, es majo, no va de escritor estrella. Tercero: no hay nada más que añadir a lo anterior. Y como no podía ser menos, este Diario de invierno me ha gustado. Que algunos comentarán eso de que el tío es un pesado, que le ha dado por describirnos todas las casas en donde ha vivido (a mi me ha parecido una manera original de contarnos su vida). Otros dirán que si nos detalla todos sus escarceos amorosos, ligues, novias, etc (un detalle muy humano que daría mucho juego en el Sálvame). Y pienso yo, ¿una de las cosas más importantes que debe ofrecernos un libro no es el entretenimiento? Es que hay muchos libros aburridos circulando por el mundo, muchos libros engordados a base de comida rápida que te dejan hastiado en las primeras veinte páginas. No es el caso de Diario de invierno. Creo que Auster se ha desnudado lo suficiente, y totalmente en "pelotas", nos muestra de una manera clara y diáfana que sabe escribir y contar historias que no nos dejan con un agujero en el estómago. 


Otro pensamiento en alto: esta mañana he corrido una carrera popular en mi ciudad, y sé lo importante que es el llevar un ritmo adecuado para no fundirse en el empeño (hay que llegar a la meta dando una buena imagen, que si te ven los amigos cruzar la meta con la cara desencajada pasarás durante una buena temporada a formar parte de su imaginario popular). Por eso, y como sé un poco de lo que hablo, tengo que reconocer que me gusta el ritmo con el que escribe Auster sus libros. Su estilo no funciona a base de tirones, de cambios de ritmo que te dejan sin aliento. Su escritura es mas bien reposada, fruto de la experiencia de una persona que lleva muchos años en este mundo de la literatura y que ya ha atravesado esa etapa "invernal" de su vida con mucha dignidad. Merece todo mi crédito.

jueves, 19 de abril de 2012

DIARIO DE INVIERNO





Recién levantado me asomo a la venta y veo llover copiosamente. La
escasa gente que circula a tan temprana hora por la calle se protege
de la lluvia y del viento como puede. Pienso, todavía adormilado, que
con este tiempo tan desapacible puede ser un buen plan quedarse todo
el santo día en casa. Vestido con mi pijama de cuadros, me quedo
alelado un buen rato frente al ventanal que me protege del frío, y mis
ojos adormilados no se creen que en esos momentos puedan caer unos
copos de nieve que ponen una nota invernal a este comienzo de
primavera. Después de desayunar, sigo con la lectura de DIARIO DE
INVIERNO de Paul Auster. Si; con la calefacción a tope apetece
sentarse cómodamente en el sofá y dejarse arrastrar por este último
relato que Paul Auster ha escrito sobre la entrada al "invierno" de su
vida. Yo también siento que estoy entrando en una etapa distinta de mi
vida. Veo que mis padres se están haciendo muy mayores, ya con una edad
que pasa de los ochenta años. Conozco gente que a esa edad todavía
se mantiene muy activa, sin las secuelas de una enfermedad que les
mine poco a poco, pero son sólo una minoría. Lo normal es comprobar
como tus padres deceen poco a poco y que ellos son conscientes; que
pierden memoria y te repiten la misma pregunta siete veces; que
conviven a diario con el dolor mitigado mínimamente por esas medicinas que
el actual gobierno les quiere cobrar a cuenta de sus pensiones. Ante
esta perspectiva, no resulta muy aventurado pensar que en cualquier
momento mis padres necesitarán de mi ayuda. Ellos no quieren molestar
a sus hijos, pero es de recibo que esperen no sentirse arrinconados al
final de su vida como si de una maleta vieja se tratase.

Hablando de etapas en la vida de una persona, he recordado la lectura
que hace tiempo tuve del libro de Álvaro Mutis, el titulado Tríptico
de mar y tierra. Me encantan las andanzas de Maqroll el Gaviero, el
admirable aventurero que protagoniza la trilogía del escritor
colombiano. No obstante, lo que más me sorprendió en su día fue el
último relato titulado Jamil, en donde Maqroll se tiene que hacer
cargo de un niño fruto del escarceo amoroso de su gran amigo Abdul
Bashur con una mujer tunecina. El aventurero, siempre leal a sus
amigos aunque hayan muerto hace tiempo, tras leer la carta de la madre
solicitando su ayuda, no duda en cuidar al niño llamado Jamil. Las
obligaciones que conlleva la crianza y educación de este niño
provocarán que Maqroll deje apartada su vida nómada para afincarse
durante una larga temporada en Mallorca. En esa etapa de su vida,
Maqroll se replantea su vida y reconoce que las fases de la vida
son como las fases de la luna: una veces toca crecer y alcanzar el
éxito, otras menguar y desaparecer en el anonimato; en ocasiones se siento uno lleno y
feliz, y a veces se necesita cambiar de vida y embarcarse en un nuevo
proyecto que dé sentido a tu existencia.

viernes, 13 de abril de 2012

Granja de cuerpos



LLevo casi medio mes sin escribir nada en el blog. El tiempo pasa volando, más rápido de lo que uno quisiera y me está entrando un cargo de conciencia bastante importante por la falta de continuidad en mi blog. Ya sé que no he leído tanto como hubiera querido, que me he comprado un ipad que me ha tenido bastante entrenido, y que la Semana Santa me ha cambiado un poco los hábitos de vida. Pero ya es hora de dejarse de disculpas, sobreponerse a la pereza, y poner manos a la obra a este asunto de juntar palabras con un poco de juicio. Por fin he terminado de leer el libro LA GRANJA DE CUERPOS de Patricia Cornwell. La historia transcurre en esa América profunda que ha servido de marco para tantos y tan buenos libros a lo largo de los tiempos. Antes de comenzar con la reseña debo aclarar que he empezado la frase con un "por fin", no con un sentido peyorativo, como si me hubiera aburrido con la lectura de este libro, sino porque ya era hora de que me pusiera serio y me centrara en su lectura. Ahora que están tan de moda las series de televisión tipo CSI, recomendaría la lectura de este libro en donde la protagonista es Kay Scarpetta, una doctora en criminalística que se las tiene que ver con el asesinato de una niña. La clave del misterio se resolverá gracias al estudio del cuerpo de la pequeña por parte de la forense, y todo por un mínimo detalle que es observado por ella en una fotografía y que obliga a exhumar el cadáver de la niña. No desvelo más de la trama para no aguar la fiesta a nadie. Tengo que reconocer que no soy un gran lector de novela negra (espero que me perdone mi amigo Txomin si encuentra algún error de bulto en esta entrada), pero me ha llamado la atención la historia de este libro tan distinta a otros de tema policiaco, en donde el protagonista es un viejo detective que está de vuelta de todo (Wallander, Philip Marlowe, Sam Spade, etc). Generalmente, este rudo detective engancha tanto por su personalidad, como por su peculiar modo de actuar en la investigación, y proporciona a los escritores de novela negra un auténtico filón traducido en saga literaria. También tengo que reconocer que cada vez que leo una novela negra de un autor americano pienso en lo mismo: parece que la escriben pensando en que sea trasladada al cine. Sé que muchos de estos autores se vieron obligados en su momento a trabajar como guionistas en el cine para llevarse un buen sueldo a sus bolsillos. Es normal, todos tenemos un precio, igual que muchos de esos personajes que aparecen en sus novelas, que eso sí parecen muy duros, pero que tras esa capa de rudeza nos desvelan un espíritu humano representado con sus grandes defectos y sus pequeñas virtudes.

sábado, 31 de marzo de 2012

Ejército enemigo



Alberto Olmos es un escritor de momentos. Su último libro me lo demuestra. No es un libro redondo, rotundo e incontestable, mas bien es un trabajo con momentos excepcionales que te dejan sin aliento (ver las descripciones que hace del barrio en donde vive el misántropo protagonista). Yo diría que tampoco es novela negra, como he leído por la red (si ya sabemos el final del libro mucho antes de que cerremos la última página). Ya se ve que Olmos se hace muchas pajas mentales (y de las otras también), por eso le ha salido un libro en donde se mezclan muchos estilos y en donde falta un poco de orden y un poco más de chicha para que hubiera redondeado la faena. Otra vez será.

viernes, 16 de marzo de 2012

EL FARO POR DENTRO




El faro por dentro


Menchu Gutiérrez ha escrito un libro introspectivo que recoge su experiencia vivida como farera consorte durante varios años. Es un trabajo muy poético y con un toque surrealista importante, ya que los sueños y delirios del protagonista dan alimento a muchas de las páginas de este libro. Tras leer este libro he escuchado una entrevista de la autora en donde comentaba que vivir en un faro no es nada idílico como pudiera parecer en un principio dada su ubicación en plena naturaleza. Y tengo que reconocer que tiene que haber mucha soledad contenida en los muros de un faro. Por eso no es extraño que destaque en este libro ese alejamiento de la realidad que caracteriza la historia del protagonista. El atormentado hombre se expresa la mayoría del tiempo mediante monólogos dirigidos asímismo o a Basenji, el perro que le hace compañía en el faro. Por otra parte, la relación con el exterior es cada vez más frustante y los pocos momentos que pasa el protagonista con otros personajes no hacen mas que resaltar su imagen de misántropo. Bueno, pues eso, que el que quiera leer vetas de poesía en estado puro dentro de un trabajo narrativo, le aconsejo leer este libro de tan difícil clasificación (¿será intimista, será autobiográfico, será surrealista, será...?)






¿Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar?


Hablamos de otro libro con inspiración poética. António Lobo Antunes se ha "cascado" un libro de muy difícil lectura (reconozco que yo no he podido acabarlo). Creo que no se puede leer este libro siguiendo el método que nos han enseñado en la escuela cuando aprendimos a leer. Si lees una línea y saltas a la siguiente, verás que no tiene nada que ver con la anterior. La explicación: que si se mezclan voces, que si se alternan los personajes de la novela de forma anárquica. Ya, por supuesto que sí, pero es que es imposible seguir el argumento sin perder el norte. Eso sí, recomiendo leer este libro como si se tratase de uno de poesía. Para ello, proceda el lector a abrir el libro al azar, leer sólo una línea (como máximo un párrafo entero), y ya está. Es la mejor manera de sacar la esencia de este libro. De todas formas, agradecería a Lobo Antunes que se valiera de menos experimentos literarios para que la historia contara con más ritmo y no perdiera su interés.