miércoles, 15 de septiembre de 2010

ARBA MINCH VIA SHASHEMENE


03/08/10


Os cuento otra peculiaridad de Etiopía. Suele pasar, que muy de mañana, suene por megafonía y a todo volumen la misa que se celebra en una cercana iglesia. Por experiencia en anteriores países musulmanes creíamos que se trataría de una mezquita, pero no, aunque en este país conviven en aparente armonía la religión musulmana con la cristina copta, el guirigay de cánticos y rezos provenía de una misa cristiana. ¡Qué bonito despertar! Para colmo, nos toca una larga jornada de viaje hasta llegar a Arba Minch, con una parada intermedia para estirar las piernas en Sashemene, ciudad emblemática del movimiento rastafari (ver vídeo para ambientarse). Sentados cómodamente en nuestro todoterreno asistimos al espectáculo callejero que los niños montan a nuestro paso. ¡Todo vale para sacar dinero, caramelos o ropa! Desde los que bailan de forma desaforada para llamar la atención, hasta los que hacen el pino o se suben a unos zancos para ejercer de equilibristas. Así nos entretenemos mientras vamos salvando baches por carreteras que pasan a ser pistas de tierra cuando menos te lo esperas. Una vez instalados en el hotel de Arba Minch, básico como la mayoría de los hoteles en donde nos alojamos, nos damos un paseo por el pueblo. Calle arriba, calle abajo, nos mezclamos con la gente que nos mira con curiosidad, que nos pide dinero (¡one birr, one birr!) y así alguna afortunada mendiga se lleva una buena limosna por la cara de agradecimiento que nos obsequia. Por lo que se ve, todavía no estamos familiarizados con el valor del dinero etíope. Sediento, decidimos tomarnos una cerveza en una terraza cercana al hotel, en donde asistimos en directo al primer apagón del viaje, ya que en este país la red eléctrica es bastante deficitaria.


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