lunes, 27 de septiembre de 2010

FIN DE FIESTA


13/08/10


Último día que pasamos en Etiopía. Nos levantamos temprano, para ir a visitar antes de desayunar el mercado de pescado de Awasa. Cambio de planes. Una pareja de cordobeses que comparte cocinero con nosotros han madrugado más y nos comentan que no hay nada que ver, que a lo mejor más tarde. Desayunamos tranquilamente en el hotel y por fin nos vamos al mercado de pescado. Me esperaba otra cosa. Dos barcas llegaron hasta la orilla del lago, pero allí había más turistas que pescadores, y no hablemos de pescado, que parece que no era el día más apropiado para ejercer el oficio. Montamos en los todoterreno y nos vamos a los baños termales de Wondo Genet, a pocos kilómetros de Shasamene. Nos ponemos el bañador y “al agua patos”. Eso sí, con cuidado, porque en una de las piscinas el agua está tan caliente que te escaldas vivo. En este spa natural también hay unos chorros de agua caliente que nacen directamente de la montaña. Según nos cuenta Mati, el agua sale a esta temperatura porque es una zona de bastante actividad sísmica. Recién lavados y con los nervios bien templados partimos hacia Addis. Circulamos con la única novedad de la lluvia, que junto a la densidad de tráfico habitual hace que viajemos más lento de lo normal. El atasco se agrava en el momento que llegamos a la capital y provoca que las compras de última hora las tengamos que hacer deprisa y corriendo. Nuestros regalos son unos paquetes de café molido, cafeteras y varios pañuelos de una calidad inferior a la que esperábamos. Pero no hay tiempo para más, porque hay que ir hasta un restaurante turístico en donde nos ofrecen las típicas injeras amenizadas con bailes tradicionales de Etiopía como final de fiesta. Nos despedimos con tristeza de los conductores que nos han acompañado durante todo el trayecto (nos acordaremos sobre todo de Johny y de la canción de “la gasolina” que nos ponía a todo volumen) y de Mati, nuestro guía por las diferentes etnias del sur de Etiopía que hablaba un castellano con acento cubano aprendido cuando el gobierno comunista de Etiopía mandaba a muchos niños a estudiar a la isla. Más tarde nos tocará despedirnos de nuestros compañeros de viaje. Los cuatro eran de la misma cuadrilla de amigos, no obstante, desde el primer bautismo con ron los Mursis fuimos adoptados por los Karos y los Boranas (nosotros nos entendemos). Ya se sabe que donde beben cuatro, beben seis.

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