viernes, 10 de septiembre de 2010

POR EL LAGO LANGANO


02/08/10


Salimos temprano en dirección al Lago Langano. Son 150 kilómetros de carretera transitable pero tan abarrotada de todo tipo de vehículos, animales, carros y personas, que completar todo el trayecto nos lleva tres horas. Una de las peculiaridades de este país es el uso del claxon. Se necesita constantemente para adelantar a otros vehículos aunque sea en un tramo de línea continua, espantar a los animales que transitan en mitad de la carretera, avisar a las personas que cruzan la calle cuando menos te lo esperas, y para esquivar a base de pitidos a los carros cargados hasta arriba y tirados por burros que no saben de normas de tráfico. A mitad de camino hemos parado en un bar frente al lago Debre Zeit para tomar un café. Así lo conocemos. Siguiente parada: a comer nuestra ración de pescado al grill cerca del lago Ziway, en donde contemplamos una gran bandada de marabús junto a otras aves acuáticas. Y ya por la tarde, llegamos hasta los bungalows situados frente al lago Langano en donde vamos a pernoctar esta noche. Son sencillos, con su mosquitera y poco más, pero ya sabíamos a lo que íbamos cuando nos embarcábamos en este viaje por Etiopía. Las aguas del lago Langano son de un color marrón fruto de las lluvias recientes, que se torna rosado al atardecer, justo cuando unos cuantos decidimos darnos un chapuzón en sus aguas antes de cenar. Para dar por finalizado el día montamos nuestro “botellón” particular junto al lago Langano.

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