martes, 5 de febrero de 2013

UNA BENDICIÓN DE TONI MORRISON




No he elegido este libro por un interés en concreto. Sin más; en la biblioteca pública estaba este título pero no las obras más conocidas de la autora americana. También era el más ligero de los que quedaban y yo necesitaba una novelita de pocas páginas para sobreponerme de "La broma infinita".



Jacob Vaark salió de la tumbra para visitar su hermosa casa.
- Como debía hacer-dijo Willord
- Yo lo haría, desde luego-repuso Scully



Me hubiera gustado que este libro de Morrison comenzara con estas palabras. A mí me parece un inicio con mucha fuerza y que crea muchas expectativas y genera un interés que puede enganchar al futuro lector. Esta frase esta entresacada del comienzo de un capítulo posterior del libro. Aunque si tenemos en cuenta los continuos saltos en el tiempo de "Una bendición", bien podríamos considerar este capítulo como el capítulo inicial del libro. Y todos los demás su continuación. Me gusta pensar que este libro es como un puzzle que se monta a gusto del consumidor. De esta peculiar forma me he sumergido en la historia de Jacob Vaark, su mujer Rebbeka, y las esclavas Florens, Dolor y Lina. Es una historia enmarcada en el siglo XVII, cuando todavía parte de América era una colonia inglesa en donde se empezaba a utilizar a negros de origen africano como mano de obra esclava para las florecientes plantaciones de tabaco y caña de azúcar. Es ese sur americano que tan buenas películas y novelas nos ha ofrecido gracias a ese caldo de cultivo tan propicio: tragedias humanas, grandes pasiones, ambición desmesurada y creencias ancestrales. En estas condiciones tan duras de sobrellevar las mujeres son las protagonistas del libro. Ellas paren como animales en plena naturaleza (Dolor), sobreviven a enfermedades que se llevan a los hombres (Rebbeka) o son capaces de viajar largas distancias, si hace falta descalzas, por un medio tan hostil (Florens). Y luego está Lina, la servidora fiel de la familia Vaark. Una mujer de fuerte temperamento que se siente eclipsada por la joven esclava Florens. Y todo por culpa de un hombre negro que nada más llegar pone patas arriba toda la finca de los Vaark. Este hombre "libre" ayudará a Jacob Vaark en la construción de la pretenciosa nueva casa y encandilará a las jovenes esclavas. En esa casa muere finalmente Jacob Vaark y provocará que algunos piensen que su espíritu deambula todas las noches por sus habitaciones.

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