jueves, 3 de febrero de 2011

ANTONIO LÓPEZ

Mi novia me ha traído el recorte de una entrevista a Antonio López que recoge en sus páginas un suplemento semanal. En la foto de portada aparece el pintor sentado en su estudio. Está relajado, con sus zapatillas de andar por casa puestas. Toda su vestimenta está manchada de pequeñas salpicaduras de pintura. Desde que tuve la ocasión de ver la película "El sol del membrilllo" de Víctor Erice, he sentido una gran admiración por estas dos personas. Tanto el pintor como el cineasta me parecen personas sencillas, sin pretensiones ni dobles fondos. Ahora que vuelvo a ver a Antonio López mi admiración por él se renueva. Me hubiera gustado que mis abuelos, a los que casi no conocí, se hubieran parecido a él. Ratoneando en internet he dado con dos vídeos que recogen una entrevista con el pintor. Me gusta escuchar lo que opina. Habla de temas muy diversos, y a todos responde con lucidez, con sabiduría. Su voz y sus gestos me comunican paz y tranquilidad. Me gusta cuando dice que su afán es poder comunicar una emoción a través de la pintura, que para eso se dedica a pintar cuadros. Y no hay más secretos en su proceso creativo. Sólo horas y horas de trabajo frente a un cuadro.

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