viernes, 28 de diciembre de 2012

CONVERSACIONES CON DAVID FOSTER WALLACE



Sigo con la lectura de la Broma Infinita de este mismo autor. Quiero darle el tiempo necesario para que no me agobie el peso de su lectura. Mientras tanto, acabo de leer "Conversaciones con David Foster Wallace", el libro publicado por la nueva editorial Pálido Fuego. Es un libro para mitómanos en donde se recogen diferentes entrevistas que concedió David Foster Wallace a lo largo de su vida. Ya nos avisan en el prólogo que el escritor nunca fue muy amigo de darse a conocer en público, no extraña por tanto que tenga tanto odio a someterse a las preguntas de los periodistas de turno. Y se nota bastante en ciertas entrevistas que el autor está a la defensiva, como si fuera una pérdida de tiempo todo este ritual que conlleva el juego de preguntas y respuestas. También hay entrevistas en las que se nota que el escritor disfruta, sobre todo cuando es evidente el nivel cultural del entrevistador y su conocimiento del libro y la literatura en general. Si tenemos en cuenta que la mayoría de entrevistas que un autor famoso concede a los medios son obligdas por la promoción comercial, no es extraño que el díscolo y desapegado Foster Wallace nos haya dejado pocas entrevistas que se puedan calificar de jugosas. No obstante, si tuviera que resaltar una característica común de todas las entrevistas aparecidas en este libro, destacaría la evidente fragilidad de la personalidad de David Foster Wallace. Parece que esa sensibilidad, tan acorde con todo lo que concierne con la creatividad, le jugaba malas pasadas en el terreno de las relaciones sociales. Es evidente que el mundo interior del escritor luchaba continuamente con la realidad exterior, y que le causaba muchas tensiones psíquicas. Para sobrevellevar esa lucha, el escritor tomaba un fármaco que le permitía vivir a pesar de la enfermedad depresiva que sufría. Fueron muchos años tomando este medicamento, hasta que al final intentó sobrevivir sin tomar el antidepresivo, pero con tan mal resultado que al poco tiempo se suicidó colgándose en su propia casa. Esa fue el final de su vida, pero no me quiero despedir en esta entrada sin hablar de un detalle importante que he sacado de este libro de entrevistas: David Foster Wallace se sentía a gusto cuando no era el eje de todas las miradas, cuando él podía ejercer desde una cómoda distancia de voyeur, de observador del mundo. Parecerá un detalle sin importancia, pero creo que es el mejor método para que un escritor construya esas historias que trasladará con su esfuerzo al papel, gracias a la observación de esos detalles que pasan inadvertidos para la mayoría de las personas.
He entresacado diversos párrafos en la lectura de este libro que escribo a continuación a modo de ejemplo, ya que a mí me han servido para hacerme una idea de lo que pensaba David Foster Wallace del oficio de escritor:

"En tanto que el arte serio tiende a hacer que te sientas incómodo, o te empuja a esforzarte para acceder a su disfrute, del mismo modo que en la vida real elplacer es consecuencia del esfuerzo y de la incomodidad. Por tanto es difícil que el público, especialmente el joven que ha sido educado para esperar que el arte sea 100 por cien placentero y para recibir ese placer sin esfuerzo, lea y aprecie la narrativa seria. El problema no es que el lector de hoy sea tonto, no lo creo. Simplemente se trata de que la televisión y la cultura comercial le han enseñado a ser una especie de vago e infantil en lo que respecta a sus expectativas. Esto hace que intentar llamar la atención de los lectores de hoy implique una dificultad imaginativa e intelectual sin precedentes".
"la ficción trata de en qué consiste ser un jodido ser humano".
"La diferencia entre el buen arte y el arte mediocre....Tiene algo que ver con el amor. Con la disciplina de sacar la parte de ti capaz de amar en lugar de esa parte que sólo quiere ser amada...Al parecer una de las cosas que los escritores de ficción verdaderamente geniales hacen es darle al lector algo. El lector se marcha del arte auténtico mucho más pesado de lo que entró. Más lleno. Toda la atención y el compromiso y el trabajo que se le requieren al lector no pueden ser para tu propio beneficio; tiene que ser para el suyo".
"El proyecto que merece la pena intentar es hacer cosas que tengan algo de la riqueza y el desafío y la dificultad emocional e intelectual de la vanguardia literario, algo que haga que el lector afronte cosas en lugar de ignorarlas, pero hacerlo de tal modo que también sea agradable de leer. Que el lector sienta que alguien le está hablando en lugar de ofrecerle unas cuantas poses".
"Me contrataron para dar clases de escritura creativa...Así que se convierte más en una cuestión de gestionar las impresiones subjetivas de varias personas acerca de cómo decir la verdad versus destruir el ego de alguien".


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