jueves, 15 de noviembre de 2012

GÓTICO CARPINTERO



William Gaddis ha escrito un libro que parece una obra de teatro. Nada más abrir el libro me siento como si estuviese en un patio de butacas oyendo recitar a los actores las líneas de diálogo dispuestas para la ocasión. Sí, porque "Gótico Carpintero" es una obra escrita a base de diálogos en donde las personas no se escuchan, sino que las páginas se rellenan mediante voces entremezcladas y expresadas en bastantes ocasiones a base de gritos y reproches. Si juntamos todos estos ingredientes obtenemos una atmósfera de inquietud que endurece toda la escena, capa página de este libro. Todo este ambiente queda encuadrado en un único escenario: la casa alquilada por la pareja protagonista, una casa de estilo "gótico carpintero" que ayuda a realzar ese ambiente decadente que viste tan bien a la obra (la portada elegida por la editorial Sexto Piso resulta ser una vivienda que parece la casa de los Monster). 












Lo único que interrumpe ese coro de voces crispadas es el continuo repiqueteo del teléfono, que suena a todas horas, y que es el único nexo de unión con ese mundo exterior lleno de confabulaciones e intereses personales. En cuanto al estilo de Gaddis, repetir lo que muchos anteriormente ya han dicho, que es un estilo muy personal que intenta adaptarse al ritmo del lenguaje oral, y que por tanto resulta de difícil lectura. Para conseguir ese efecto el escritor se pasa por el "arco de triunfo" el buen uso de la puntuación, porque para Gaddis todo está supeditado a esos diálogos desbordantes en donde la naturaleza humana se revela con todas sus imperfecciones. Y ese poso de amargura cala hasta los mismos huesos del lector, que una vez finalizado la lectura del libro se queda con la impresión de haber leído una gran obra, un libro que resalta el lado más oscuro de nuestras vidas y de una sociedad corrupta. Un tema muy candente en este época que todo el mundo no duda en denominar como de crisis


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