miércoles, 3 de diciembre de 2014

SIETE AÑOS DE PETER STAMM


De este libro me ha llamado la atención sobre todo la forma en cómo está descrito a lo largo de sus páginas el egoísmo de la pareja protagonista. La historia que se nos narra es la de dos estudiantes de arquitectura que montan su relación -como si fuera un mueble de ikea-, a la vez que su propio estudio de arquitectura nada más acabar la carrera, una empresa floreciente en sus comienzos que por culpa de la crisis económica se ve abocada a una suspensión de pagos. No obstante, ellos no pierden nada en comparación con los "cadáveres" -es una manera de hablar-, que van dejando en su camino. Aunque, como bien dicen los paratextos del libro, "nadie es en realidad mala persona; pero a veces se pierde la luz". Una de sus "víctimas", la principal, es la amante del protagonista, una devota inmigrante polaca con un espíritu de sacrificio propio de una mártir. De lo abnegada que resulta parece tonta, pero nadie puede negar su enorme humanidad que contrasta evidentemente con el egoísmo de la pareja protagonista. 

Como consecuencia de su carácter, a esta pareja de "guapos" burgueses parece que les sonríe la vida, pero su matrimonio naufraga constantemente ya que esa frialdad que les caracteriza hace que parezca que lleven más una relación laboral que matrimonial. Por cierto, esa ambición profesional prima por encima de todo, sobre todo en lo que se refiere a la protagonista de este libro, aunque en el espíritu errante de su marido también sobresale esta ambición:

"A pesar del persistente fracaso tenía la sensación de que mis ideas iban aclarándose, de que empezaba a comprender ciertas cosas más importantes que la forma, el estilo o la estética, y de que, en contra de todo sano juicio, yo era una persona optimista y sentía alegría por el trabajo".

Los continuos altibajos de esta relación interesada, inmadura en muchos casos, nos muestra un tipo de vínculo que ha calado hondo en nuestra sociedad actual: el romanticismo, el amor de la pareja se transforma en un sucio asunto material, un frío acuerdo de bienes gananciales en el que también se incluye el coche de lujo de la pareja o el chalet de ambos. Vamos, que cada uno tiene lo que se merece. 

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