jueves, 18 de diciembre de 2014

MODO LINTERNA DE SERGIO CHEJFEC


Modo linterna, la obra de Sergio Chejfec, comienza con este juego de palabras en boca de su protagonista que es un ejercicio de estilo repetido durante todo el libro:

"Entonces llegué a Caracas como si fuera la primera vez, pero sabiendo que ese deseo, el de la primera vez, sólo es posible cuando se regresa".

Un estilo que se preocupa por los detalles, por ese tirar del hilo de la madeja para confeccionar párrafos que parece que no tienen fin. De esta forma el autor construye su propio estilo, ni mejor ni peor que otros; vanguardista dirán unos, pesado y alambicado otros, pero al fin y al cabo, esa es la manera con la que Chejfec logra expresarse y que deja marca de autor en párrafos como este de "Modo linterna":  

"Por el fondo del dormitorio los visitantes siguen yendo y viniendo como si se tratara de un baile de autómatas tímidos y acuciosos. Mientras tanto el resultado general de los ruidos siempre sencillos, se ha convertido en música adormecedora. Atisba el paisaje profundo de camas vetustas y ventanas enormes, de seres aplastados contra sus lechos, cada uno con su ajuar propio de objetos diminutos como si blandieran esas colecciones privadas igual que argumentos absurdos contra la adversidad. El estertor o la letanía de algún enfermo crea cierto lazo de continuidad colectiva, es el hilo que amarra lo que parece a punto de separarse por efecto del mismo ralentí general. Así, el ambiente reproduce algo parecido a un adormecimiento..."

Un estilo en donde las palabras está elegidas con sumo detalle, como si estuvieran engarzadas con un solo fin: el de crear belleza. Una labor de orfebrería, de intenso trabajo artesanal que no se puede ocultar, como por ejemplo en el siguiente párrafo que destaco:

 "Como tiene demasiados años sobre las espaldas, el hombre quiere dar testimonio de su experiencia. Ha venido a exponer, no a impresionar y mucho menos a convencer".

No me extraña que el propio autor sienta que camina por caminos diferentes a la mayoría de los escritores contemporáneos. Su estilo, es su característica más personal, un arma que se puede volver en contra de él si pierde la dirección correcta o si se va por las ramas en una digresión estéril que no conduce a nada. Esa sensación de regusto amargo, he tenido en algunos de los relatos de este libro, pero quién no se ha sentido perdido alguna vez en su vida. Así es la vida del escritor y así parece definirse él mismo en un texto de este libro: 

"Parezco extraviado caminando por sitios donde nadie tiene nada que hacer. Suena demasiado romántico o poco contencioso como para decir que en eso consiste la vida del novelista documental".

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