domingo, 3 de junio de 2012

EL BLOG DEL INQUISIDOR





Hasta hoy no había leído nada de Lorenzo Silva y tenía cierta curiosidad por hacerme con un libro suyo. Lo sigo en twitter y sé que es un escritor con cierto prestigio que no duda en ofrecer sus libros a precios más baratos como contrapartida a la piratería que está asentándose cada vez más en la red. Cada vez hay más gente que piensa que es necesario abaratar los precios de los libros digitales para cambiar los hábitos de aquellas personas que sólo piensan en piratear. La batalla no ha hecho más que empezar, pero es importante no quedarse dormido a las primeras de cambio, porque si no se toman pronto las medidas adecuadas sucederá lo que ha pasado con la industria musical o cinematográfica. Otra discusión sería analizar si esos derechos de autor deberían distribuirse en un porcentaje más equitativo, beneficiando más al propio autor que a la industria que tiene a bien publicar sus trabajos. 


 En cuanto al Blog del inquisidor hay que decir que es un libro entretenido, bien documentado, correctamente escrito, etc, etc. A muchos nos gustaría escribir con la soltura de Silva y con la manera que planifica la historia que desea contarnos. Otra cosa buena de este libro: una estructura perfectamente armada. Bien, pero sin menospreciar al autor, me ha parecido un libro de entretenimiento, que es al fin y al cabo, ya lo sé, lo que todo libro debe ofrecer como primera condición. Pero es que a mí, si no estoy con "las pilas descargadas", me suelen gustar más las historias con cierta profundidad y con personajes sin estereotipar. Sí, me gustan los libros que me emocionan, que me ofrecen algo especial y diferente. Puede estar tranquilo Lorenzo Silva, porque mi opinión es la de un tipo raro y especial, que como lector suelo decantarme por aquellos escritores que hablan abiertamente de sus miserias, de esas frustraciones que los vuelven locos, y que gracias a sus delirios son capaces de imaginarse mundos tan extraños para gran parte del mundo pero a su vez tan cercanos para ellos. Ellos no escriben para salvar a los demás, no, sólo escriben para salvarse a sí mismos. Y por eso me identifico con esos escritores, que agazapados en la selva, son al fin y al cabo una especie en extinción.

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