lunes, 12 de julio de 2010

LA INVENCIÓN DE LA SOLEDAD


Hacía tiempo que quería leer un libro de Paul Auster pero no me decidía por uno en concreto. Hasta que un día leí un comentario en la sección relecturas de la página web de Vila-Matas que hablaba sobre el libro "La invención de la soledad". Y como una cosa lleva a la otra, me compré este libro en su edición de bolsillo para disfrutar con su lectura. Tras la muerte del padre de Auster, el escritor escribió este libro sin asomo de sentimentalismo, acercándonos la figura de su padre por medio de la memoria. Gracias a ese recuerdo, a esa semblanza de su padre, el escritor nos revela diferentes características de su progenitor que fueron marcando su vida y que dejaron un poso de soledad en todo lo que tocaba. Auster también reflexiona en la segunda parte de este libro sobre su propia paternidad. Por ejemplo, observa a su hijo por medio de sus juegos, que son tan imaginativos, tan irreales, que le recuerdan la labor que todo escritor lleva en soledad cuando se pone a la tarea de escribir un libro. El escritor también se inventa un mundo muy personal por medio de sensaciones, de emociones basadas en la realidad. Así pasa con su hijo, que es capaz de inventarse que los camiones vuelen, que los cubos se transformen en personas y que los muertos resuciten.

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