martes, 15 de mayo de 2012

NO HAY CRISIS QUE DURE CIEN AÑOS





No hay crisis que dure cien años. El año 2012 no ha empezado tan bien como quisiera, pero soplan vientos favorables y los nubarrones provocados por una grave enfermedad de un pariente se desvanecen con el paso del tiempo. Del ahogo provocado del no saber, de la espera por recibir noticias y partes médicos actualizados, toda la familia pasa a respirar a pleno pulmón, al desahogo de sentir que todo tiene solución a corto plazo. Y la vida sigue, con lo que las vacaciones de agosto cada vez están más cerca. Toca soñar con un exótico destino a pesar de que el fantasma de la crisis económica está rondando constantemente por encima de nuestras cabezas. Todos conocemos algún familiar o amigo que se ha quedado en el paro o con un ERE impuesto por su empresa. Todos los meses nos sorprenden con una marea de cifras y datos económicos que sólo sirven para infundir miedo. Contra más miedo, más sumiso es el personal. Y debo de reconocer que yo también tengo miedo de perder mi puesto de trabajo. Por eso da pavor embarcarse en un viaje costoso, por aquello del qué nos deparará el destino. Y nos estancamos. ¿¡Si pudiéramos desaparecer y aislarnos de alguna manera del continuo y machacante soniquete con que ensordecen nuestros oídos!? Pero no, es complicado cuando los responsables escurren el bulto y señalan al ciudadano de la calle como si fuera responsable de la crisis económica. En esta caza de brujas la mayoría de la gente se ha acostumbrado a mirar cabizbajo al suelo, y respira aliviado si la culpa recae sobre el vecino, sea inmigrante, funcionario o parado de larga duración. Para eso está el político fascista, para confundir al populacho. Y como es un político experto en el arte de medrar nos vende caramelos envenenados a cambio del poder de los votos.

Pero bueno, estaba hablando de vacaciones, de viajes a países exóticos. Tengo que reconocer que anteayer comencé a escribir este post con la incertidumbre de no saber adonde viajaría estas vacaciones de verano y hoy tengo una buena noticia que comunicaros. Junto a mi pareja, este verano nos embarcaremos en otro viaje a África. Esta vez viajaremos hasta Namibia y Botswana para terminar haciendo la ruta del Okavango. El punto final después de 21 días será en las Cataratas Victoria. Espero poder relataros el diario del viaje en este blog, aunque sea a destiempo, aunque sean anécdotas de lugares ya trillados por el turismo. El final del cuento no puede ser más feliz.

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