martes, 9 de marzo de 2010

LUNA LLENA


Anoche, volviendo de casa de mis padres me sorprendió la luna llena y quise sacarle una foto para que no se fuera. Reinaba frente a mí su figura redonda, rodeada de bruma, iluminando un cielo oscuro con su luz de fanal. Desde un primer instante me absorbió su misterio, que abarca el mundo entero, que abraza cada poro de piel terrenal. Levanté el pié del acelerador cuando pasé a su lado, y me sentí más humano, más frágil que un bebé recién nacido. Y eso que vivo en una pequeña ciudad de provincias alejada del mar, y el campo, aunque cerca, no se aprecia de verdad. Eso sí, si viviera aislado en el monte, me sentaría en lo alto de una cima para poder admirar de cerca sus rasgos lechosos. En sus brazos me dejaría mecer toda la noche, sintiendo como mi cuerpo se recarga de energía vital. En silencio contemplaría su oronda figura hasta que se iluminara un claro de día por un extremo del paisaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario