lunes, 5 de septiembre de 2011

BAGO Y TAUNGOO


04/08/11

Sabemos que en estos primeros días de viaje tenemos que recorrer largas jornadas montados en el autobús. También sabemos que aunque en el camino visitemos pueblos, pagodas y mercados, nuestro objetivo inicial es llegar hasta el lago Inle. Por lo tanto, pasamos muchas horas en el bus, bien leyendo o dormitando, bien conversando con el resto del grupo (así nos vamos conociendo porque hasta ahora sabemos nuestros nombres y poco más). El viaje discurre de este modo, y Manu, que para eso es nuestro guía, es el que decide las paradas del itinerario. Primera parada: cementerio de soldados ingleses, con sus tumbas perfectamente ordenadas y un jardín cuidado a la perfección por un jardinero birmano pagado por el gobierno inglés. Mejor seguir. Segunda parada: visita a la pagoda del buda reclinado de Shwethalyaung de 60 metros de largo por 20 metros de alto. Por su tamaño, casi es imposible sacarle una foto de cuerpo entero. Nos cobran por la entrada 10 dólares, que también vale para visitar la pagoda de Shwemawdaw en Bago (tercera parada). Hay que pagar por primera vez por utilizar la cámara de fotos. Son sólo 300 kyats, que para nosotros no es mucho dinero, pero empezamos a cansarnos por esa manía que tienen por hacernos pagar por todo. Como hoy me ha dado por hablar de “las pelas”, tengo que reconocer que comer en Birmania es muy barato. Hoy hemos comido los dos el típico curry birmano por 2500 kyats en un restaurante de los denominados no turísticos. Cuarta parada: Taungoo. Nos alojamos en el hotel Mother’s hotel, un hotel a las afueras del pueblo con bonitos bungalows y un buen restaurante. Tras instalarnos en el hotel, visitamos la pagoda del pueblo y su mercado, en donde Manu se compra una fruta llamada durian que desprende un olor a cebolla bastante desagradable. Es muy apreciada en estas tierras, pero he de confesar que una vez probado su fruto tampoco me resulta muy exquisito. Cenamos en el restaurante del hotel. Buena comida, buena cerveza y animada charla que deriva hacia el tema de la malaria. Resulta que mucha gente del grupo no va a tomar las pastillas del malarone, bien por propia decisión, bien porque no se lo han aconsejado en el departamento de salud internacional de su ciudad. Nosotros, que somos muy bien mandados, seguiremos tomando nuestra pastillita diaria de malarone en el desayuno, que nunca se sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario