martes, 21 de diciembre de 2010

¡HORROR, EL HORROR!


Ha sido un fin de semana un tanto extraño, un tanto triste. En el amargo guión no ha faltado de nada: un fallecimiento, problemas laborales de un amigo, seres queridos que todavía no ven la luz al final del túnel y gente que me agobia con su espíritu competitivo en carreras populares. Además, no sé si embargado por este espíritu de tristeza he decidido releer “El corazón de las tinieblas” de Conrad. Creo que es la tercera vez que leo este libro y debo reconocer que es uno de mis preferidos. No obstante, cada vez que lo leo, siento como si la maldad humana colgara de las ramas de los árboles oscureciendo la marcha del río Congo, y que la niebla que cubre las riberas del río,destilara una humedad ponzoñosa que calara el alma de las personas, impregnándolo todo de horror. ¿Será que se acercan las navidades?

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