lunes, 30 de abril de 2012

El novelista ingenuo y el sentimental



La próxima vez que esté delante de una estantería de novedades tendré que recordar que a mí no me gustan los libros de ensayo. Ya sé que generalizo y que hay muy buenos libros dentro de esta categoría, pero es que a mí me van más los libros de ficción. Estos densos estudios sobre un tema en concreto que hacen mil y una referencias a otros libros, y otras mil y una referencias a otros escritores de renombre mundial, me desbordan y me descentran. Y este libro de Orhan Pamuk trata sobre lo que él llama "el centro" de la novela. ¿Y me preguntaréis, qué es el centro de la novela según este ensayo? Bueno, si lo he entendido bien, para Pamuk "el centro" de la novela es el tema del libro. Algunos os preguntaréis si para hablar sobre este tema era necesario dar seis conferencias y que luego sean tan interesantes como para que se recojan en un libro. Sí, yo también me lo he preguntado leyendo este libro. El concepto, es el concepto, señor Pamuk. Espero que el siguiente libro que me lea de Pamuk sea de ficción para que pueda sentir como fluye una historia y también poder descubrir todos los temas que esconde el libro, incluso los ocultos.

viernes, 27 de abril de 2012

CARRERA POPULAR ARMENTIA-ESTÍBALIZ


Adivina, adivinanza, ¿quién será el autor de este blog? Voy a dar una pequeña pista: visto una camiseta color green capital. En esta foto fui "pillado" por un fotógrafo del Correo de Alava mientras corría como un cobarde en la carrera popular de Armentia a Estíbaliz. A todos los que os gusta participar en carreras populares os recomiendo esta prueba de 15,5 kilómetros. Es un recorrido diferente al resto de carreras, que transcurre en gran parte por una vía verde, y que finaliza en una dura cuesta en el Santuario de Estíbaliz. Organizan la prueba los socios de la Sociedad Excursionista Manuel Iradier.

lunes, 23 de abril de 2012

Diario de invierno







Los fines de semana están pensados para terminar de leer los libros que llevan un tiempo esperando desesperadamente que los dejes reposar en las estanterías. Los pobres libros ya están hartos de tanto manoseo, de tanto viaje por el mundo, y pasan del bookcrossing que está tan de moda en estos tiempos en los que todos somos muy modernos. 


Después de esta introducción que no sé si viene a cuento toca hablar del último libro de Paul Auster. Empecemos con el primer pensamiento que me ha generado esta lectura. Primero: todos los libros que he leído de Auster me han gustado. Segundo: el tío me cae bien, es majo, no va de escritor estrella. Tercero: no hay nada más que añadir a lo anterior. Y como no podía ser menos, este Diario de invierno me ha gustado. Que algunos comentarán eso de que el tío es un pesado, que le ha dado por describirnos todas las casas en donde ha vivido (a mi me ha parecido una manera original de contarnos su vida). Otros dirán que si nos detalla todos sus escarceos amorosos, ligues, novias, etc (un detalle muy humano que daría mucho juego en el Sálvame). Y pienso yo, ¿una de las cosas más importantes que debe ofrecernos un libro no es el entretenimiento? Es que hay muchos libros aburridos circulando por el mundo, muchos libros engordados a base de comida rápida que te dejan hastiado en las primeras veinte páginas. No es el caso de Diario de invierno. Creo que Auster se ha desnudado lo suficiente, y totalmente en "pelotas", nos muestra de una manera clara y diáfana que sabe escribir y contar historias que no nos dejan con un agujero en el estómago. 


Otro pensamiento en alto: esta mañana he corrido una carrera popular en mi ciudad, y sé lo importante que es el llevar un ritmo adecuado para no fundirse en el empeño (hay que llegar a la meta dando una buena imagen, que si te ven los amigos cruzar la meta con la cara desencajada pasarás durante una buena temporada a formar parte de su imaginario popular). Por eso, y como sé un poco de lo que hablo, tengo que reconocer que me gusta el ritmo con el que escribe Auster sus libros. Su estilo no funciona a base de tirones, de cambios de ritmo que te dejan sin aliento. Su escritura es mas bien reposada, fruto de la experiencia de una persona que lleva muchos años en este mundo de la literatura y que ya ha atravesado esa etapa "invernal" de su vida con mucha dignidad. Merece todo mi crédito.

jueves, 19 de abril de 2012

DIARIO DE INVIERNO





Recién levantado me asomo a la venta y veo llover copiosamente. La
escasa gente que circula a tan temprana hora por la calle se protege
de la lluvia y del viento como puede. Pienso, todavía adormilado, que
con este tiempo tan desapacible puede ser un buen plan quedarse todo
el santo día en casa. Vestido con mi pijama de cuadros, me quedo
alelado un buen rato frente al ventanal que me protege del frío, y mis
ojos adormilados no se creen que en esos momentos puedan caer unos
copos de nieve que ponen una nota invernal a este comienzo de
primavera. Después de desayunar, sigo con la lectura de DIARIO DE
INVIERNO de Paul Auster. Si; con la calefacción a tope apetece
sentarse cómodamente en el sofá y dejarse arrastrar por este último
relato que Paul Auster ha escrito sobre la entrada al "invierno" de su
vida. Yo también siento que estoy entrando en una etapa distinta de mi
vida. Veo que mis padres se están haciendo muy mayores, ya con una edad
que pasa de los ochenta años. Conozco gente que a esa edad todavía
se mantiene muy activa, sin las secuelas de una enfermedad que les
mine poco a poco, pero son sólo una minoría. Lo normal es comprobar
como tus padres deceen poco a poco y que ellos son conscientes; que
pierden memoria y te repiten la misma pregunta siete veces; que
conviven a diario con el dolor mitigado mínimamente por esas medicinas que
el actual gobierno les quiere cobrar a cuenta de sus pensiones. Ante
esta perspectiva, no resulta muy aventurado pensar que en cualquier
momento mis padres necesitarán de mi ayuda. Ellos no quieren molestar
a sus hijos, pero es de recibo que esperen no sentirse arrinconados al
final de su vida como si de una maleta vieja se tratase.

Hablando de etapas en la vida de una persona, he recordado la lectura
que hace tiempo tuve del libro de Álvaro Mutis, el titulado Tríptico
de mar y tierra. Me encantan las andanzas de Maqroll el Gaviero, el
admirable aventurero que protagoniza la trilogía del escritor
colombiano. No obstante, lo que más me sorprendió en su día fue el
último relato titulado Jamil, en donde Maqroll se tiene que hacer
cargo de un niño fruto del escarceo amoroso de su gran amigo Abdul
Bashur con una mujer tunecina. El aventurero, siempre leal a sus
amigos aunque hayan muerto hace tiempo, tras leer la carta de la madre
solicitando su ayuda, no duda en cuidar al niño llamado Jamil. Las
obligaciones que conlleva la crianza y educación de este niño
provocarán que Maqroll deje apartada su vida nómada para afincarse
durante una larga temporada en Mallorca. En esa etapa de su vida,
Maqroll se replantea su vida y reconoce que las fases de la vida
son como las fases de la luna: una veces toca crecer y alcanzar el
éxito, otras menguar y desaparecer en el anonimato; en ocasiones se siento uno lleno y
feliz, y a veces se necesita cambiar de vida y embarcarse en un nuevo
proyecto que dé sentido a tu existencia.

viernes, 13 de abril de 2012

Granja de cuerpos



LLevo casi medio mes sin escribir nada en el blog. El tiempo pasa volando, más rápido de lo que uno quisiera y me está entrando un cargo de conciencia bastante importante por la falta de continuidad en mi blog. Ya sé que no he leído tanto como hubiera querido, que me he comprado un ipad que me ha tenido bastante entrenido, y que la Semana Santa me ha cambiado un poco los hábitos de vida. Pero ya es hora de dejarse de disculpas, sobreponerse a la pereza, y poner manos a la obra a este asunto de juntar palabras con un poco de juicio. Por fin he terminado de leer el libro LA GRANJA DE CUERPOS de Patricia Cornwell. La historia transcurre en esa América profunda que ha servido de marco para tantos y tan buenos libros a lo largo de los tiempos. Antes de comenzar con la reseña debo aclarar que he empezado la frase con un "por fin", no con un sentido peyorativo, como si me hubiera aburrido con la lectura de este libro, sino porque ya era hora de que me pusiera serio y me centrara en su lectura. Ahora que están tan de moda las series de televisión tipo CSI, recomendaría la lectura de este libro en donde la protagonista es Kay Scarpetta, una doctora en criminalística que se las tiene que ver con el asesinato de una niña. La clave del misterio se resolverá gracias al estudio del cuerpo de la pequeña por parte de la forense, y todo por un mínimo detalle que es observado por ella en una fotografía y que obliga a exhumar el cadáver de la niña. No desvelo más de la trama para no aguar la fiesta a nadie. Tengo que reconocer que no soy un gran lector de novela negra (espero que me perdone mi amigo Txomin si encuentra algún error de bulto en esta entrada), pero me ha llamado la atención la historia de este libro tan distinta a otros de tema policiaco, en donde el protagonista es un viejo detective que está de vuelta de todo (Wallander, Philip Marlowe, Sam Spade, etc). Generalmente, este rudo detective engancha tanto por su personalidad, como por su peculiar modo de actuar en la investigación, y proporciona a los escritores de novela negra un auténtico filón traducido en saga literaria. También tengo que reconocer que cada vez que leo una novela negra de un autor americano pienso en lo mismo: parece que la escriben pensando en que sea trasladada al cine. Sé que muchos de estos autores se vieron obligados en su momento a trabajar como guionistas en el cine para llevarse un buen sueldo a sus bolsillos. Es normal, todos tenemos un precio, igual que muchos de esos personajes que aparecen en sus novelas, que eso sí parecen muy duros, pero que tras esa capa de rudeza nos desvelan un espíritu humano representado con sus grandes defectos y sus pequeñas virtudes.