viernes, 27 de febrero de 2015

ESTUDIO EN ESCARLATA DE CONAN DOYLE


"Estamos ante un misterio que estimula la imaginación, y donde no hay imaginación no hay horror".

Esta frase debería ser la máxima de todo libro de misterio. Es una idea entresacada de la novela "Estudio en escarlata" de Arthur Conan Doyle. Nos anticipa el horror que vamos a encontrar en sus páginas. Nos advierte que la sordidez no sólo se encuentra en las calles y suburbios más deprimentes de una gran ciudad. Y si no que se lo digan a Conan Doyle, que es capaz de imaginar esta historia en el lejano oeste, allá donde las caravanas de pioneros iban en busca de territorios en los que rehacer sus vidas. Es una historia cargada de crueldades, sazonada con grandes dosis de venganza, y presta a servirse en un ambiente gélido y salvaje en donde los sentimientos humanos han sido pisoteados por la intransigencia del fanatismo religioso. No obstante, en la primera parte del libro nos presentan por primera vez a la pareja protagonista de toda una famosa saga de novelas detectivescas: Sherlock Holmes y el doctor Watson. Somos testigos de cómo se conocieron y también cómo avanza su relación a medida que se van adentrando en la resolución del asesinato del libro. Más tarde, tras un giro radical de la narración el relato cambia de escenario hacia el lejano oeste americano para poder explicarnos el motivo del crimen. Es la parte más convencional, más aburrida del libro. Me quedo con toda seguridad con la primera parte de la novela, con su investigación del crimen y con la presentación de estos dos personajes tan imaginativos para la historia de la novela de misterio.

miércoles, 11 de febrero de 2015

ASTERIOS POLYP DE DANIEL MAZZUCCHELLI




Diez años de trabajo de Daniel Mazzucchelli para crear su gran proyecto: Asterios Polyp. Una obra maestra de la novela gráfica en donde el autor ha sacado a relucir toda su creatividad (sus primeros dibujos de Batman ya señalaban su talento al servicio en este caso del personaje).



Cada dibujo y cada texto está pensado y meditado al detalle por el autor (juega con los colores de los personajes para su representación y para mostrar su estado de ánimo).




Nada sobra en esta obra que es un compendio de sabiduría, de energía creativa fluyendo gracias al esfuerzo y dedicación de horas y horas de trabajo (no sólo ha echado el resto en los dibujos sino que los diálogos son tan auténticos que se diría que están basados en su propia experiencia como dibujante reconocido). 



Esfuerzo recompensado por el éxito de la crítica que lo considera uno de los mejores cómics de la historia, y cómo no, me imagino la propia satisfacción del autor al sentir la labor cumplida (por este trabajo el autor fue reconocido en los premios Eisner y Harvey como mejor obra). 



No obstante, también me imagino la cantidad de dudas que a Daniel Mazzucchelli le habrán surgido en todos esos años de trabajo solitario. ¡Cuántos quebraderos de cabeza! ¡Cuántos bocetos tirados a la papelera y cuánta confianza en uno mismo para sacar adelante este gran proyecto! (me lo imagino de esta manera porque me interesa mostrar un punto romántico a esta reseña).



¡Alegría; alegría y satisfacción como lector al sucumbir tras su lectura! Pocas veces tengo la suerte de enfrentarme a una obra maestra y de sentirme desbordado ante tanto ingenio. Después de dibujar una obra tan completa ya nada tiene que ser igual, ni para el autor (cómo igualar o superar ese nivel tan alto de creatividad), ni para el lector (la novela gráfica ha pasado a una categoría superior y ya no es sólo entretenimiento para modernos).