"Una vez oí decir que la verdadera vida no es la que llevamos, sino la que inventamos con nuestra imaginación".
"Quizás
tanto optimismo se debiera a que allí en Kassel había recobrado los
mejores recuerdos de mis inicios de artista. Mi admiración, por ejemplo,
por aquellos que habían hecho de la escritura su destino: Kafka,
Mallarmé, Joyce, Michaux, aquellos para los que la vida apenas era
concebible fuera de la literatura, aquellos que hicieron con sus vidas
literatura".
"La inscripción en la tumba de un gran genio ya casi olvidado, Martinus von Biberach:
[Vengo de no sé dónde,/ soy no sé quién,/ muero no sé cuándo,/ voy a no sé dónde,/ me asombro de estar tan alegre.]"