miércoles, 15 de junio de 2016

SATIN ISLAND DE TOM McCARTHY

"¡Olvida las universidades!, espetó, interrumpiéndome de nuevo. Son irrelevantes; se han convertido en empresas, y ni siquiera de las buenas". 

Las universidades han perdido su papel de formadoras. El rol principal ahora es colocar a sus estudiantes en el mercado de trabajo, primando para ello a aquellas carreras con mayor salida laboral. La formación cultural de los estudiantes ha pasado a un segundo plano. Ya no se trata de formar a mejores personas, si no de formar a trabajadores.

"Volvía a visitar a Petr en el hospital. Lo peor de morirse, me dijo mientras yo estaba sentado entre su cama y las ventanas sucias, es que no hay nadie a quien contárselo. ¿Qué quieres decir?, pregunté. Pues, dijo, llevo toda la vida viviendo acontecimientos importantes en términos de cómo los contaré a los demás. Lo que quiero decir es que incluso durante estos acontecimientos me formulaba, en la cabeza, cómo los describiría después...
Y bueno, ahora estoy a punto de experimentar la madre, la puta madre de todas las aventuras de los cojones, ¡y no podré sacarle partido! Incluso si resulta que hay un Cielo o lo que sea, que no lo habrá, pero aun si lo hay, incluso así no tendré la oportunidad de hacerlo, ya que todos lo demás habrán atravesado el mismo episodio, o séase, morirse, y se pondrán: ¿Y qué? Menudo muermo. Ese rollo ya nos los conocemos. Así que llevo todas las de perder. ¿Ves qué dilema? Sí, dije; entiendo que eso podría ser un problema
​"​
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​Como también puede ser un problema el pretender escribir el "gran informe" por parte de nuestro protagonista.​ Un encargo que a U le adjudica el gerente de su empresa, y que al final se traducirá en un fracaso al constatar que ya todo está escrito. El comentario de Petr moribundo, yaciendo en la cama del hospital, es para mí como una metáfora del gran informe, ya que al estar todo contado anteriormente por otros ya no hay nada nuevo que referir. ¿Y qué nos queda? Sólo nuestro punto de vista a la hora de relatar.

El punto de vista de Tom McCarthy se refleja en la mirada irónica que circula por todo el libro. Un estilo muy personal que tiene mucho que ver con la visión de un artista de vanguardia. Y frente a esta peculiar visión, el lector debe formularse en su cabeza, su propia interpretación de esa experiencia.