jueves, 25 de marzo de 2010

EL DIOS INDÓMITO: LA HISTORIA DEL RÍO NÍGER



Gracias al regalo de Txomin y María, me he estado documentado un poco sobre nuestro próximo viaje a Níger con la lectura del libro de Sanche de Gramont. Me ha resultado más interesante el apartado correspondiente a los llamados “conquistadores” que a los colonizadores, léase comerciantes o predicadores, que les sucedieron en ese territorio totalmente desconocido para la época. Estos hombres, valientes, locos, ambiciosos o como se les quiera denominar, eran lanzados como carne de cañón por acaudalados señoritos de la nobleza inglesa con ansias de conocimiento y de extender los dominios del imperio inglés. Todos morían, más pronto o más tarde, por causa de las múltiples enfermedades que contraían durante su estancia en la región. Todavía no se sabía que era un mosquito el portador de la malaria y el uso de la quinina como profilaxis no se extendió hasta muchos años después. Debido a esta circunstancia, la constitución física de estos hombres contaba con un papel principal en la lucha contra la enfermedad, eso sí, unido al factor suerte. Eso es por lo que ahora, por ejemplo, a Mungo Park se les recuerda como a un héroe. También ha cobrado fama gracias al diario que dejó escrito contando su viaje por esas regiones inexploradas, rodeadas de misterios, como la de su propia muerte en el río Níger.
Salvando las distancias, ahora que Elena y yo vamos a Níger de vacaciones, intentaremos llevar un diario de nuestro viaje para tener un recuerdo que nos reconforte a la vuelta, cuando la rutina diaria marque el resto del año.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LA MALDAD



Yo también soy un pirata. Sí, este fin de semana he visto por internet la película “La cinta blanca” de Michael Haneke, y no ha sido la primera. Como siempre, el ruin paga dos veces, y tuve que ver esta película en tres partes obligado por las normas de la piratería online. Al margen de lo ya dicho, la película me resultó muy inquietante. Potencialmente, siempre nos imaginamos a los niños como buenas personas, llenas de candor e ingenuidad. Pero en la película aparece la figura del padre y todo se va al garete. Por culpa de la rígida educación impartida por ese padre, clérigo protestante para más información, los niños sacan a relucir todo la maldad que han podido acumular bajo esa presión paternal. Y, no solo mienten, sino que utilizan la violencia contra otras personas con extrema frialdad. Esa es la principal razón por lo que me ha resultado tan inquietante la película. Porque bajo esa mirada de ángeles que mostraban los niños se escondía una maldad que me helaba por dentro.¡Qué futuro nos espera cuando en vez e educar a los niños se les reprime desde su más tierna infancia!

Por otra parte, he tenido la ocasión de leer el último libro de Félix Francisco Casanova, “El Don de Vorace”. En este libro habitaba otro tipo de maldad que no tiene nada que ver con la anterior película. Se trata más bien de una maldad tan desmesurada que raya en el histrionismo. Para no mentir, tengo que confesar que lo que menos me ha interesado ha sido la historia que narra el libro, y lo que más, el estilo del autor, que en determinados momentos resulta sublime, para decaer en otros tantos. A este libro le falta la madurez que tampoco tenía el autor, aunque atesora muchos valores que se han quedado en el tintero tras la muerte repentina del joven poeta canario. Eso sí, destaca por encima de todo su estilo poético, su personalidad que todo lo transforma a su imagen y semejanza.


miércoles, 10 de marzo de 2010

NIEVE EN VITORIA


Nieva en Vitoria. Bueno, ha estado nevando durante todo el día. Los blancos copos han caído con una constancia que para mí la quisiera y me han alegrado el día en el trabajo. Cada poco tiempo miraba en dirección al jardín que se ve desde mi ventana, para coger aire, respirar de un ambiente de trabajo que me oprime más de lo que es sano. Hoy la nieve ha sido mi válvula de escape para evadirme y sentir que estas personas que se encuentran trabajando conmigo no existen realmente. Frente a su egoísmo, ahí estaba la nieve cayendo generosamente durante todo el día. Luego, cuando he podido salir a la calle, he levantado la cabeza y con la boca abierta me he comido esos copos como si fuera el maná más deseado.

martes, 9 de marzo de 2010

LUNA LLENA


Anoche, volviendo de casa de mis padres me sorprendió la luna llena y quise sacarle una foto para que no se fuera. Reinaba frente a mí su figura redonda, rodeada de bruma, iluminando un cielo oscuro con su luz de fanal. Desde un primer instante me absorbió su misterio, que abarca el mundo entero, que abraza cada poro de piel terrenal. Levanté el pié del acelerador cuando pasé a su lado, y me sentí más humano, más frágil que un bebé recién nacido. Y eso que vivo en una pequeña ciudad de provincias alejada del mar, y el campo, aunque cerca, no se aprecia de verdad. Eso sí, si viviera aislado en el monte, me sentaría en lo alto de una cima para poder admirar de cerca sus rasgos lechosos. En sus brazos me dejaría mecer toda la noche, sintiendo como mi cuerpo se recarga de energía vital. En silencio contemplaría su oronda figura hasta que se iluminara un claro de día por un extremo del paisaje.